S.O.S.

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CONOCIMIENTOIMAGEN
MEMORIAPOSTURA
MOTIVACIÓNADEMANES
ABURRIMIENTOINTRODUCCIÓN
VOLUMENESQUEMA
VELOCIDADCONCLUSIÓN
MODULACIÓNTIEMPO
DICCIÓN¿DUDAS?

Las 4 Leyes: 1 | 2 | 3 | 4



¿Necesitas un rescate de oratoria?

En esta sección de S.O.S. voy al grano y sin rodeos para cada aspecto mencionado arriba. Pero como son 16 aspectos y todo lo he puesto en una sola página, parece extenso. 

En realidad, podríamos llamarlo "modo de emergencia" porque reduce las explicaciones al mínimo de dos maneras: 1) El título de cada sección contiene la esencia, 2) y la explicación que sigue al título explica el por qué del título. 

Si requieres detalles, cada sección te da la opción de emigrar a una explicación detallada, la cual puedes rastrear desde el Índex del blog.

Haz esto ahora: observa el menú de arriba, toca el título que se relaciona con lo que más te está preocupando y, cuando el link te lleve a la explicación, inicia inmediatamente el proceso de solución aplicando a discreción los ejercicios y sugerencias que allí se indican. Reflexiona en el título de la sección (es una orden específica y directa). Obécedela y mitigarás el problema. ¡Hasta podrás resolverlo de una vez por todas!

Ahora bien, si tu problema no es urgente, estudia Las 4 Leyes en orden, de la 1 a la 4, o si prefieres, ve a la sección extensa que hallarás detalle por detalle en el Índex, cada cualidad por separado.

Nota: No leas la explicación inmediatamente. Primero concentra tu pensamiento en el título, en la orden directa, y pregúntate "¿Por qué?" y dale vueltas y vueltas en tu mente procurando discernir lo que podría significar. Seguidamente, confronta con la explicación lo que pensaste. Luego examina la explicación.

De esa manera interiorizarás mejor cada concepto clave y lo entenderás por completo, lo recordarás y sentirás el impulso de ponerlo en práctica en tu vida diaria. Verás de manera pragmática su utilidad.

Si el caso es que por primera vez viajarás fuera de tu zona para dar una conferencia presencial, te sugiero ir al Índex y revisar la página de Tips. Te ayudará a tomar algunas precauciones.

Si quieres escribirme o llamarme, usa la página de Contacto. 

"Si no sabes, cállate" significa que es mejor callar si no tienes seguridad absoluta de lo que vas a decir. Es lo más importante.

Reflexiona: "¿Cuán seguros son mis conocimientos?", y piensa en las posibles consecuencias que tendrán tus expresiones. Si te equivocas, por lo menos te consolará saber que hiciste todo lo posible por proceder con sinceridad y responsabilidad.

Es increíble la montaña de problemas y dificultades que evitarás siguiendo este simple principio (malentendidos, chismes, calumnias, mala publicidad, derroche de recursos [tiempo, dinero, energía], enemistades, debates infructuosos, discusiones, peleas, dolores de cabeza, desaliento, impugnaciones, etc.).

Dile al espejo con resolución: "Si no sabes, cállate". No significa que no debas hablar en absoluto. Hay muchas cosas de las que siempre podrás hablar. Pero debes tener tanta seguridad que nadie ponga en duda o entredicho lo que digas. ¿Pero cómo asegurarte? Llenando estos seis requisitos:

INTerésate

Todo en la vida comienza con un interés y una intención. Si no te interesa el tema y no tienes intención de exponer, no tendrás el poder ni la fuerza para persuadir. 

Ponerle corazón a tu discurso, dedicándole tiempo de calidad, te da la energía que necesitas. No lo pospongas. Comienza a darle vueltas y vueltas en tu mente. 

Haciendo eso tu cerebro se convertirá en un imán o aspiradora de ideas relacionadas con el tema. Comenzarán a fluir a tu mente detalles interesantes sin mayor esfuerzo de tu parte, incluso durmiendo.

INVestiga a fondo

Investigar es una muestra de interés. Si no investigas, no tienes derecho de afirmar ni negar nada. Estudia el tema hasta entenderlo perfectamente. ¿Cómo lograrlo?

Busca una opinión experimentada e imagina respuestas a las preguntas más difíciles que alguien podría hacerte al respecto. No confíes en lo que crees que sabes. Ponte a prueba ensanchando tu base de datos y cultura general. ¡Profundiza más y más!

INTerpreta los detalles

Ensaya enfoques o comentarios interesantes que ayuden a entender mejor el asunto, cosas que faciliten el proceso mental de tus oyentes, escoge uno y descarta el resto.

Un orador eficaz siempre traduce sus conocimientos en términos simples mediante ejemplos, figuras retóricas y dramatizaciones. Tus oyentes entenderán fácilmente lo que digas y se animarán a explicárselo a otros después.

VISualiza tu presentación

Para ayudar a tu organismo a desempeñarse al máximo, dedica tiempo a imaginar vívidamente cómo darás tu discurso.

En caso de que el tema se ponga tan emotivo que te haga llorar o reír, no digas: "No podré hacerlo". Debes repetir y ensayar de diferentes maneras las partes más importantes. Eso minimizará el impacto negativo en tu interior, maximizado el impacto positivo al exteriorizarlo.

VITaliza tus palabras

Sin vitaminas tu presentación saldrá débil. ¿Qué son esas vitaminas? Son los ejemplos e ilustraciones que debes usar para dejarte entender lo más rápida y claramente posible.

Cuando no logro entender algo que alguien me quiere decir, lo interrumpo y le digo: "¿Por ejemplo?", y como por arte de magia, se enciende un ejemplo en su mente y me lo dice claramente. 

Haz tú lo mismo, diciéndole al espejo: "¿Por ejemplo?" y verás como se le ocurre algo a tu cerebro.

VIVe en armonía con lo que predicas

Si tu comportamiento no concuerda con lo que dices, no lograrás convencer. La hipocresía nunca le ha sentado bien a nadie. Tienes que ser ejemplar en aquello acerca de lo cual quieres hablar. ¡Eso significa vivir y encarnar tu discurso! 

No hay nada mejor que disfrutar de lo que uno dice y hace. Si tus oyentes creen que tienes derecho de hablar, porque saben que vives lo que predicas, el efecto será un éxito absoluto.

(Toca aquí para una explicacion extensa o toca aquí para una versión en audio en Spotify)




¿PROBLEMAS CON TU VOLUMEN?

"¡Si lo sabes, dilo fuertemente!"


"¿Por qué?"

"¡Si lo sabes, dilo fuertemente!" significa: Que tu voz suene fuerte, segura y confiada.

Si no te oyen, ¿cómo convencerás?
Una voz débil o apagada dificulta y oscurece el entendimiento. Despierta inseguridad y confusión. No se dejarán convencer ni persuadir. ¡Máxime si llevas puesta una mascarilla de bioseguridad! ¿Cómo lograrlo?

Respira adecuadamente



Sin alzar los hombros, llena bien los globos de tus pulmones con aire fresco. Suspira profundamente, como cuando estás muy triste. Hazlo unas tres veces dejando salir el aire libremente, sin comprimirlo,  forzarlo ni ni obstaculizarlo en la garganta. Imagina que fluye como por un tubo ancho y recto.

Cuenta del 1 al 50 en voz alta con una sola respiración (al principio tal vez llegues solo hasta 30), luego inhala y exhala sintiendo alivio. Poco a poco llegarás a 100 o más. Te relajará y dará más poder.

No des el discurso inmediatamente después de un ejercicio vigoroso de respiración. Haz tus ejercicios tranquilamente con anticipación, o mejor no los hagas en ese momento. Puedes respirar profundamente poco antes del discurso, como suspirando de alivio, pero no te recomiendo hacerlo como un ejercicio vigoroso.

Si llegaste a una ciudad de clima muy frío, procura no respirar por la boca. La nariz calentará un poco el aire. Y si el ambiente te parece demasiado frío, no hagas ejercicios de respiración bruscamente. Podrías enronquecer. Tómate tu tiempo, primero aclimátate. En caso de enronquecer, tal vez podrían ayudarte unas gárgaras con miel tibia.

Resuena en vez de gritar



¿Por qué se oye desde lejos el sonido de una guitarra? ¡Es por la caja de resonancia! Sin caja, no se oiría nada.

Igualmente, para que tu voz suene bonita y profunda, no depende de lanzar con fuerza el aire de tus pulmones, como gritando, sino de tu modulación. Tampoco es cuestión de subir a todo volumen un micrófono. El micrófono solo amplificará las virtudes o defectos de tu voz.

Claro, al resonar sentirás tu voz en el pecho. Excelente. Pero no significa que la resonancia se origine allí. Todo comienza cuando las cuerdas vocales vibran con el paso del aire que viene de los pulmones.

Otro ejercicio consiste en decir con suavidad, con tono grave y sin forzar la voz: "el mmmunnndo nnno ennntiennndeee", "la mmmasa nnno se connncennntraaa." No es para producir un sonido nasal, sino para tomar conciencia de tu resonancia.

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¿PROBLEMAS CON LA CLARIDAD DE TUS PALABRAS?

"¡Pronuncia correctamente!"



"¿Por qué?"

"¡Pronuncia correctamente!" significa: Todas las palabras que salgan de tu boca se deben entender con claridad, sin que nadie piense: "¿Qué dijo?".

Tampoco te vayas al otro extremo, buscando  una dicción perfecta. La gente suele sentir aversión hacia quienes tratan de impresionar por parecer perfectos. Además, la perfección no existe. 

Dale flexibilidad a la punta de tu lengua

Coloca un lápiz entre tus dientes delanteros, como el freno de un caballo, y lee varias veces en voz alta el mismo párrafo de un escrito procurando pronunciar correctamente a pesar del lápiz (si no tienes un lápiz, muerde levemente la punta de un dedo).

Otro ejercicio. Pronuncia imaginando que tu lengua es un látigo que da contra los dientes. Juega con la lengua por dentro y fuera de la boca. El secreto está en la flexibilidad de la puntita de la lengua.

Otro. Practica lectura en voz alta perfeccionando el sonido de cada letra. Pero ten en cuenta que es solo un ejercicio. Al leer en público, hazlo con naturalidad. Si lees en publico procurando perfección, tal vez parezcas una persona arrogante, presumida, dogmática o intransigente.

Dale flexibilidad a tus labios

Otro. Mueve los labios como si masticaras un enorme chicle, diciendo "MUAUMUAUM", "EOEOEOEOEOEO".

Otro. Proyecta los labios hacia delante, como dando un beso volado, y luego mételos lo más adentro que puedas dentro de la boca. Hazlo rápido, una y otra vez, muchas veces, pero sin morderlos con los dientes.

No recomiendo hacer ninguno de estos ejercicios delante de otras personas. No es necesario abrir tanto la boca que se nos vea la campanilla cuando hablamos? Sería ridículo.

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¿PROBLEMAS CON TU POSTURA?

"¡Plántate sobre tus pies!"

"¿Por qué?"

"¡Plántate sobre tus pies!" significa: Párate bien. Sin tambalear. Porque tu postura comunica seguridad o inseguridad.

Si eres mujer, proyecta una imagen de aplomo y seguridad, pero con el encanto de una flor.



Si eres hombre, comunica aplomo y seguridad, pero con la distinción y solidez de un árbol.



Poses afectadas podrían comunicar incomodidad, nerviosismo, inestabilidad e inmadurez emocional, sobre todo si los pantalones te quedan tan exageradamente largos que dieran la impresión de que se te olvidó ponerte la correa y se te están cayendo. ¿A quiénes suele caérseles los pantalones? ¡A los niños! Si lo que quieres es convencer, te conviene comunicar madurez, no inmadurez.


Tanto la imagen discreta como la postura firme contribuyen al doble propósito de sentir e inspirar confianza.

Por supuesto estoy hablando de situaciones formales. La vestimenta informal puede ser muy apropiada en un ambiente que no se considere del todo formal. Hay oradores exitosos que se presentan en jeans y no desmerecen su reputación ni la dignidad de la ocasión. 

Si das una teleconferencia, probablemente lo hagas desde tu asiento. Aún así debes comunicar aplomo por medio de moverte solo lo necesario, sin bambolearte en la silla ni sacudir nerviosamente tus pies o piernas.

Manténte firme en los puntos principales

Una postura excelente, ya sea de pie o tomando asiento, agrada a cualquier auditorio. Al mismo tiempo, retroalimenta tu propia confianza. ¡Ten las piernas firmes y estables! Pero no lo interpretes como "rigidez". El aplomo no tiene por qué comunicar rigidez. 

La razón para mostrar estabilidad con tu postura, ya sea de pie o desde el asiento, tiene que ver con la garantía que tus oyentes necesitan percibir para depositar su confianza en tus palabras y sugerencias. 

Muéstrate flexible en los puntos secundarios

Es aconsejable parecer flexible, pero evitando el bamboleo constante que comunica inestabilidad y las poses de alguien que necesita hacer pis.

Tu postura habla sin palabras. ¿Pero qué es lo que dice? ¿Están tus piernas bien plantadas? No cambies de postura a cada rato, sobre todo si usas un atril o tomas asiento. Cambiar de postura a cada rato comunica inestabilidad y de falta de aplomo.

Si no usas un atril, puedes desplazarte de aquí para allá. Pero no a cada rato, como un león enjaulado. Muévete con sobriedad, pero con soltura, según las circunstancias, en todo momento comunicando solidez y aplomo.



Al moverte, alarga un poco tus pasos imaginando que pesas el doble. Pasitos cortos comunican fragilidad y nerviosismo. Pasos largos y pesados comunican mucha seguridad.

De la cintura para abajo, mantente confiado como un karateka, pero flexible, no tiezo. No lo entiendas como "abrir las piernas como un karateca" o como alguien que acaba de bajarse de un caballo. Me refiero a comunicar solidez, no a parecer una tijera abierta.

"¡Divide tus ideas en tres!" significa: Ordena tus pensamientos siguiendo una secuencia natural. Si presentas tus pensamientos desordenados, confundirás a tus oyentes. Si los presentas en orden, te oirán con placer.

Si divides tus ideas en tres, te será muy fácil recordarlas, porque la del medio conectará los extremos, como una hamaca cuyos extremos soportan el peso central.



Todo discurso tiene una introducción y una conclusión que soportan la tensión y peso del argumento. Empezar y terminar son los momentos de mayor tensión.

Tienes que ordenar tu argumento en dos, tres o cuatro secciones troncales, como el esquema de arriba. No hay problema.

De todos modos, al margen de las subdivisiones que insertes, tu bosquejo o esquema siempre tendrá tres secciones: una introducción, un desarrollo y una conclusión.

Dispón tus ideas como una hamaca. Escoge un orden:

    Ordena según su importancia

    Lo más importante primero, después lo menos importante, o al revés. (dinero/vida)

    Di un problema y una solución

    Primero menciona el problema, luego expláyate en la solución. (enfermedad/medicina)

    De causa a efecto

    Menciona a priori una causa, luego el efecto, o al revés. (terremoto/tsunami, chispa/fuego)

    Contrasta ideas opuestas

    Di algo y contrástalo (ventajas/desventajas, fácil/difícil, largo/corto )

    Compara una idea con otra

    Di: "Por ejemplo" y usa un ejemplo para establecer el asunto (Chernobyl/Seguridad).

    Separa por grupos naturales

    Ordena según su naturaleza (costa/montaña/selva, oro/plata/cobre, físico/emocional/intelectual)

Diseña un bosquejo o esquema simple:

Un bosquejo es solo una ayuda-memoria, un hilo de ideas, trazos breves que funcionan como un mapa del tesoro.

Hay bosquejos simples y complicados. Aquí van los simples (si quieres más complicados, ve a la sección "Cómo preparar tu tema", en el Índex).

Si decides memorizar tu bosquejo y hablar sin papel, usa una imagen mental vívida y fácil de recordar, que te sirva de bosquejo imaginario (dicha imagen no es para que la digas, sino para ayudarte a hablar sin papel).

Por ejemplo, supongamos que tienes que hablar de un proyecto. Imagina un camión. El camión representará el proyecto. El conductor representará la jefatura del proyecto. La carga representará los procedimientos y protocolos. Las ruedas representarán los canales de comunicación. Cada rueda puede representar un aspecto de dichos canales. Las ruedas anteriores, los más importantes, las posteriores, los menos. El timón podría representar las instrucciones y protocolos. Los cambios, el control a cargo de los accionistas de la empresa. Las ventanas y los espejos serían el ente supervisor. Las luces, el marketing, y así respectivamente. 

Si darás una teleconferencia y deseas leer tus apuntes en tiempo real, ensaya con un teleprompter, ubícalo justo debajo del lente de la cámara y visualiza tu bosquejo a medida que desarrollas el discurso. Ensaya muchas veces, es decir, hasta dominar su uso y tu lectura. Advertencia: No olvides que mucha de la tecnología depende de la energía eléctrica y, por tanto, puede fallar con un corte intempestivo del suministro.

SpeechWay es un teleprompter de bolsillo muy bueno. Puedes descargarlo en unos segundos a tu dispositivo móvil desde PlayStore

¿Problemas para improvisar en el momento más inesperado?

Para improvisar un discurso, usa un YEN:



La fórmula YEN es un acróstico basado en el tema que más dominas: Tus propios sentimientos.

    Yo: ("Lo que siento yo") Confiesa lo que tú sientes en ese momento.

    Ellos: ("Lo que crees que sienten ellos") Diles que sabes lo que seguramente ellos están sintiendo.

    Nosotros: ("Lo que sentimos nosotros") Unifica los sentimientos de todos diciéndoles cómo nos sentimos.

En el ejemplo de arriba, dejé la palabra "gracias" para decirla el final, durante el discurso. Observa un ejemplo desarrollado:

    Y: "Guardo siempre en mi corazón una palabra que ha sido el secreto de todos mis éxitos, y les confieso que con ella pude ganar muchos amigos y hacer muchos negocios.

    "Es una palabra que siempre me sacó de apuros y me sirvió para regalar algo cuando no tenía dinero, y hasta aprendí a adornar con ella mi hogar en tiempos de crisis, y para criar a mis hijos. Es la palabra más maravillosa alguien puede oír.

    E: "Y estoy seguro de que para muchos de ustedes también es la palabra más hermosa que les dijeron por primera vez a sus padres. Una palabra que les afecta mucho cuando la oyen de parte de sus jefes, parientes y amigos.

    N: "Por eso, nunca nos enorgullezcamos de ser grandes y poderosos. Por el contrario sintámonos pequeños e insignificantes al cabo de alcanzar un objetivo. Porque en realidad lo alcanzamos todos juntos. Nadie en este mundo es indispensable. Todos pasaremos con el tiempo y se nos olvidará. Pero uno nunca olvida esa maravillosa palabra que cambia vidas y motiva a todos a progresar y rendir un servicio de calidad.

"Permítanme decirla con el corazón en la mano: 'Gracias'. Gracias a todos por su cariño, gracias por su respeto, gracias por sus consejos, gracias por recordarme que soy uno más del grupo, gracias por haber sido buenos amigos, y sobre todo, gracias a Dios, porque sin él ninguno de nosotros hubiera conocido este maravilloso milagro llamado 'vida'". Gracias.

El uso de la fórmula YEN también tiene un efecto en crescendo (<). Cuando uno comienza hablando modestamente de sí mismo y de lo que siente, tiene un efecto suave que satisface la curiosidad del oyente. No solo estás diciendo lo que estás pensando, sino contando cómo te sientes. Es algo muy personal y sensible. Compartir algo así alienta la apertura, la relación y la comunicación. 

Hablar con modestia de lo que uno siente es el tema que uno mejor domina. Es algo retroalimentador de la confianza.

Sin embargo, al hablar luego en función de "ustedes" y después de "nosotros", el enfoque resulta cada vez más significativo. Porque ya no solo se trata de apertura y comunicación, sino de compenetración, compañerismo e identidad colectiva. ¡Se pone mucho más interesante! Los oyentes se sienten involucrados y fortalecidos en la comunión.

Hay otras tres situaciones de improvisación que tal vez tengas que afrontar en algún otro momento. Cada una tiene su propia fórmula práctica:

Para dar la BIENVENIDA:

    A. Llama la Atención con un saludo agradable: "Señoras y señores, tengan ustedes muy buenas noches.
    B. Reciban la más cordial Bienvenida en nombre de [...] a la celebración de [...]
    C. Deseamos que se sientan Cómodos y disfruten de la reunión.

    Si eres el presentador, no añadas más. Si eres el orador, usa un YEN.

Para PRESENTAR A LOS ORADORES, aplica esta fórmula de Dale Carnegie para presentar a cada uno de los conferenciantes:

    T. Menciona el título del discurso
    I.  Menciona por qué es importante el tema
    O. Menciona el nombre del orador y sus calificaciones

Para DESPEDIR LA REUNIÓN:

    F. Di que llegaron al final de la reunión.
    A. Di que agradeces su visita en nombre del organizador y los patrocinadores.
    I.  Di que los invitas a la próxima reunión (o a reflexionar en lo considerado)

¿Te preguntaste que significan los colores? En la Sección del índex "Cómo usar los modelos", los colores tienen que ver con el ordenamiento de las ideas. Indican las diferentes secciones de un discurso: introducción, desarrollo y conclusión

Pero aquí tienen que ver más bien con el tono de voz y la emoción. Representan los grados de apasionamiento. El verde representa un contacto abierto, entusiasta, agradable y equilibrado. El amarillo, gran interés, precaución, perspicacia y respeto. Y el rojo, apasionamiento que transmite una gran convicción personal.

Por supuesto, cada quien decide el grado de pasión que le pone a su discurso. No obstante, si te pasas de la raya y caes en la inmodestia o el fanatismo o perdieras los papeles, podrías derrotar el efecto de convencer y persuadir a los de mente inteligente y perspicaz, que no se dejan llevar por despliegues meramente emotivos. (Ver significado de Perspicaz en el Glosario

Resumiendo, si organizas tus pensamientos en forma de bosquejo, te será muy fácil hablar. Porque seguirás un orden lógico. Incluso si hablaras sin papel, sería muy difícil que olvidaras las ideas principales.

(Toca aquí para una explicación extensa o toca aqui para una versión en audio en Spotify)
 


SEGUNDA LEY:

Dales un buen martillazo
Manos arriba enfáticamente
Y planifica tu arranque

Leyes 1 | 3 | 4 | Índex




¿PROBLEMAS CON TU MEMORIA O LA DE LOS OYENTES?

"¡Dales un buen martillazo!"



"¿Por qué?"

"¡Dales un buen martillazo!" significa que tienes grabar las ideas principales en la memoria de tus oyentes con un buen impacto, de la misma manera como un hábil carpintero clava un clavo de dos o tres golpes bien aplicados. Una vez hundido, no se saldrá.

    IMPacta con un detalle interesante que obligue al oyente a prestarte toda su atención. Ejemplo:

    Usa una ilustración: "Cualquiera puede sostenerse de una cornisa con sus dedos. Hasta un niño puede hacerlo. Pero después de unos pocos segundos, su cuerpo le pesará cada vez más, ¡y más y más!, hasta que ya no soportará y se soltará. Pero, ¿por qué soltarse, si estaba bien agarrado? Se conoce como fatiga muscular. Los músculos se cansan y no pueden seguir ejerciendo presión."

    Y dale una aplicación práctica: "Lo mismo sucede cuando uno tiene un pequeño problema y lo calla por mucho tiempo. Cada día le pesa más y más y más en la conciencia hasta que estalla una crisis. Por eso, nunca esperes hasta llegar a una crisis (que de todos modos llegará). Habla con alguien de tu confianza y alivia tu conciencia sopesando cuidadosamente las ideas que te proponga."

Aunque aquí hablo de impactar de diferentes formas, debo decir que los impactos deben despertar emociones, porque lo que emociona es lo graba el impacto profundamente. Si no despierta una emoción, no impactará. Un impacto intelectual no se graba tan bien como uno emocional.

    REPepite los conceptos que quieres que tus oyentes recuerden. No basta con mencionar las cosas una sola vez, sobre todo si contiene números. Tienes que repetirlas varias veces.

    ASOCia las ideas abstractas con ideas concretas. Una idea abstracta es una que no puede imaginarse fácilmente, una idea concreta sí. Asociando la una con la otra quedan permanentemente encadenadas entre sí, fijando el concepto. Asocia lo nuevo, o poco conocido, con algo viejo, algo que al oyente le resulte muy familiar.

    Si dices: "Este proyecto es muy importante", no imaginarán nada. Pero si dices: "Este proyecto es un tesoro", imaginarán un tesoro, que quedará vinculado con el proyecto. O si dices: "Este proyecto nos está quitando el sueño a todos", imaginarán una cama. O si dices: "Este proyecto es una mina de oro" imaginarán los beneficios (productos y servicios) que podrían obtener.

¿Y si te bloqueas y olvidas la idea?

Cuando uno se bloquea u olvida una idea es porque ha entrado en una laguna mental. ¿Cómo salir de un aprieto así? ¡Muy fácil! Recuerda que los expertos en supervivencia hasta pueden salir de un banco de arena movediza. Pero primero tienes que entender lo que realmente implica. 

Entrar de vez en cuando en una laguna mental no es un defecto. No es una enfermedad. No es una desgracia. No se acabó el mundo. No es un monstruo. No es un problema de memoria. No es la vejez. No es la falta de experiencia. No es algo que le ocurre a pocas personas. ¡Constantemente olvidamos muchas cosas! Porque es parte de la función de la memoria. Por eso, para recordar ciertas cosas que no nos impactan, tenemos que realizar un proceso mecánico de memorización.

Exactamente de la misma manera como uno "entra" en la laguna mental, puede "salir" usando el mismo proceso mental. Se debe a que capacidad de prestar atencion es un arma de doble filo. Puede concentrar nuestra atención o distraerla, y al revés, si estamos distraídos, puede concentrarla en un punto.

Como dice el experimentado neurocientífico Stanislas Dehaene: "Si el aula está muy decorada, se crea un efecto de distracción y la calidad del aprendizaje disminuye".

Por decirlo figuradamente, tu memoria trabaja en cadena y en todas direcciones. Tu cerebro archiva todo perfecta y automáticamente, relacionando todas las cosas entre sí. Y no solo eso, todo tu cuerpo se la pasa todo el día memorizando cosas. Por ejemplo, tus músculos, tendones y nervios trabajan en equipo para memorizar y producir resultados. El problema se agrava cuando te parece que la cadena se ha interrumpido o roto sin remedio. Pero no se ha roto sin remedio realmente.

Haz esta prueba. Cierra los ojos. Luego toca la punta de tu nariz con la punta de un dedo. Aun sin ver, tu dedo se dirigirá exactamente a la punta de tu nariz (claro, si no te has emborrachado).  ¿Cómo lo hace? ¡Porque tu cuerpo tiene un plano memorizado del lugar, la distancia y la fuerza y velocidad que requieres para hacerlo! 

Lo mismo hace tu cerebro con todas las ideas y experiencias. Todo está allí en tu cabeza, perfectamente grabado. Solo tienes que darle la orden, y tu cerebro hará lo que le pidas. En vez de ordenarle: "¡Uy! ¡Lo olvide!", ordénale: "Dame la idea que estaba diciendo". Y mientras la busca, habla de otra cosa.

Dale Carnegie tenía un método muy interesante para impedir que una laguna se extendiera más de un par de segundos. Observa.


1. Estás hablando del tema

2. Una idea intrusa distrae tu concentración.

3. La idea intrusa toma el control.

4 y 5. Como en el fútbol, que cierras el paso y le quitas la pelota, le cierras el paso y la reemplazas con cualquier otra idea.

Por ejemplo, por extraño que te parezca, comienzas a hablar del café que tomaste por la mañana, o de algo que dijo el taxista, o hablas de un amigo de la escuela que encontraste en el vestíbulo antes de la conferencia, o mencionas la importancia de lavarse uno las manos regularmente, o hablas del último libro que leíste, o traes a colación el precioso ascensor que hay en el edificio, ¡habla de cualquier otra cosa y expláyate en ello, como contando una historia! Ellos no sabrán por qué lo mencionas, porque no saben lo que está pasando por tu mente. Es imposible que sepan por qué lo dices. Solo pueden suponer que sigues con tu discurso. Nunca sabrán que entraste en una laguna y estás dando un rodeo. No tienen manera de saberlo. Simplemente sigue hablando.

Al seguir ese protocolo de emergencia, bloqueas y fulminas a la idea intrusa y te adaptas a la nueva idea (5) hasta que tu maravilloso cerebro haga las conexiones y te envíe de regreso la idea original (8).

En segundos, tu cerebro te llevará automáticamente de vuelta al punto 1 y podrás adaptar disimuladamente la idea 5 al discurso, retomando con disimulo la idea 1 para continuar con lo que realmente quisiste decir.

Por increíble que te parezca, todo ese proceso dura unos pocos segundos, y es un consejo de Carnegie que siempre me ha funcionado de maravilla. ¿Por qué digo siemprePorque nunca me ha fallado, ¡ni una sola vez! 

Recuerda: Impresión, repetición y asociación es el proceso clave para memorizar y hablar de un modo que se graben las ideas en la mente y corazón de tus oyentes.

(Toca aquí para una explicacion extensa o toca aqui para una versión en audio en Spotify)



¿PROBLEMAS CON TUS GESTOS O ADEMANES?

"¡Manos arriba enfáticamente!



"¿Por qué?"

"¡Manos arriba enfáticamente!" Significa que uses tus manos para expresar convicción y describir lo que "ves" en tu mente para que también tus oyentes lo "vean" en sus mentes. Son apoyos visuales.

No significa que tienes que mantenerlas arriba permanentemente o hacer un ademán por cada palabra que sale de tu boca. 

Si mueves las manos a cada rato, distraerás, no concentrarás la atención del oyente en la idea. Veamos por qué.

Usa ademanes enfáticos

Ademanes enfáticos son los que expresan convicción, emoción, sentimiento, decisión, énfasis, fuerza, dinamismo, energía, vigor, entusiasmo y convicción, aspectos abstractos para el oyente. No debes usarlos a cada rato, como los títeres.




"Contamos con su generosidad"


 
"Se esforzó muy duro"


 
"Ahí está el detalle"
"Y así pasaron treinta años"
"Todo fue por la codicia"

Usa ademanes descriptivos

Los ademanes descriptivos son muy diferentes, como el de la figura de abajo. Pintan escenas en el aire (formas [una pelota], tamaños [10 cms.], distancias [muy lejos] y acciones [corriendo]). Estos ademanes son específicos y dibujan en el aire lo que estás "viendo" o "se está moviendo" en tu mente. Son aspectos concretos de tu expresión corpora. Puedes usarlos más a menudo, pero tampoco a cada rato.



Formas ("era como una pelota", "era como un pulpo", "tenía una especie de rueda dentada")



Tamaños ("era así de grande", "no le llegaba ni a los tobillos", "medía más o menos un metro")



Distancias ("los continentes se separaron una gran distancia entre sí", "se fueron por allá", "el camino era largo y angosto", "era una ruta zigzagueante", "su casa quedaba lejos, muy lejos")



Acciones ("y cerró fuertemente la tapa", "bajó la colina muy rápido, y resbaló y se rompió la cadera", "el cabello se le caía en cantidades", "se rascaba desesperadamente").

No juntes las manos si no es para ilustrar una acción o movimiento específico relacionado con los conceptos "juntar", "unir", "cohesión", "concatenar", "estrechar", "entrelazar" o similares. 

Tampoco te recomiendo esconderlas a cada rato en los bolsillos ni mantenerlas permanentemente ocupadas, es decir, innecesariamente. Los ojos del oyente percibirían incomodidad, tensión nerviosa y falta de aplomo, y debilitaría el sentimiento de seguridad que hace falta para inspirar confianza. 

En el caso de las mujeres, juntar las manos no produce un efecto negativo, siempre que lo hagan por el frente y con soltura, bajo la cintura. Al contrario, les añade encanto.

Es increíble cuánto desperdician los oradores que no usan sus gestos y ademanes con eficacia. Pierden magníficas oportunidades para caer bien, agradar, entretener, convencer y persuadir.

Parece mentira, pero con ademanes enfáticos y descriptivos no solo ayudas a tus oyentes a sentir lo que sientes y a visualizar lo que dices en términos generales, sino también los estimulas a "ver" colores y paisajes de maneras muy específicas, hasta imaginar sonidos, música y canciones. Disfrutarán mucho más de tus discursos.

(Toca aquí para una explicación extensa o toca aquí para una versión en audio en Spotify)



¿PROBLEMAS CON LA INTRODUCCIÓN DE TU DISCURSO?

¡Planifica tu arranque!"



"¿Por qué?"

"¡Planifica tu arranque!" significa pensar cuidadosamente cómo vas a empezar a hablar.

    Haz una pregunta interesante

    "¿Sabe usted por qué no se le congelan los pies al pingüino?".

    Cuenta una breve historia o un anécdota o caso de la vida real

    "Déjenme hablarles de una increíble niña que no tenía brazos que llegó a ser una gran...."


    Exhibe un objeto o apoyo visual

    Un apoyo visual puede ser una bandeja, una pizarra, un trípode con láminas, un vídeo, una manzana, una persona, un ladrillo, etc.


    Di una frase célebre interesante

    "Napoleón decía a su asistente: '¡Amárrame las botas despacio porque estoy apurado!'".


    Define algo para que se entienda mejor


    "Meditar y medicar  tienen la misma raíz  (med) y se refieren a tomar medidas para remediar una situación o problema. Recurrimos al médico por una medicina, y meditamos para mejorar nuestra vida...".

Al llegar al final del discurso, relaciona la introducción con la conclusión y les dices lo que deben hacer. Estarán más dispuestos a aceptar tu motivación y se sentirán más impulsados a hacer lo que les pidas.

"¡Aplica las cinco vocales!" Significa: Manifiesta aprecio, empatia, interés, obsequiosidad y urbanidad.

Aprecio

Haz cosas que demuestren cuánto valen tus oyentes para ti individualmente.

Comunica que los valoras con palabras y actitudes diciendo: "Por favor" y "Gracias" .

Cuando dices: "¡Gracias!" no solo estás indicando que aprecias lo que otra persona hizo por ti. Estás honrándola o alabándola por ello.

Empatía

Ponte en su lugar, respira a través de ellos, háblales al corazón, que sientan que los comprendes sinceramente. "Comprendo", "Es muy interesante lo que usted ha dicho", "En su lugar, tal vez yo hubiera hecho lo mismo".

Interés

Interés altruista, no egoísta. Comenzar a hablar y clavar la mirada al fondo durante todo el discurso es como decir: "Ustedes no me interesan realmente". Míralos al rostro con franqueza y concéntrate en cada uno, repartiendo la mirada y hablándoles directamente. No los mires por encima ni fijes la mirada en el fondo o en los asientos vacíos. No creas que no se darán cuenta de que estás evadiéndolos. ¡Ellos esperan que hagas contacto visual! No hay nada peor que evitar o evadir el contacto visual, sobre todo al comenzar el discurso.

Lógicamente, si el discurso será por teleconferencia o será grabado audiovisualmente para distribución masiva, se espera que mires a la cámara, no a la pantalla (mucho menos entierres la mirada en un papel). Tu contacto es con quienes mirarán tu imagen en su pantalla. A no ser que se trate de una entrevista, no mirar a la cámara sería una expresión de menosprecio hacia el espectador.

Obsequiosidad

No vas a entregarles un regalo a cada uno si no es posible, pero puedes desplegar generosidad con tu tiempo, con tu paciencia y con tu desprendimiento. ¡Regálales una sonrisa! Tu sonrisa es una mina. ¡Explótala! Te dará buenos réditos.

Urbanidad

Tus buenos modales atraerán a las personas sinceras, educadas e inteligentes porque te confieren una imagen de madurez, aplomo, decencia, buena crianza, buena educación y respeto por los protocolos. ¡Además, parecerás más inteligente!

El mayor fracaso de un orador resulta de pasar por alto uno o más de estos importantes sentimientos que gobiernan las relaciones humanas.

Si muestras desprecio, incomprensión, displicencia y egotismo, o peor, dices cosas ofensivas, insultantes y denigrantes, te aseguro que no te recuperarás. Te cerrarán la puerta de su corazón como una compuerta de submarino y te será muy difícil volver a abrirla.

Si muestras aprecio, empatía, interés altruista, generosidad y urbanidad (respeto), no levantarás  barreras que entorpezcan tu comunicación, tus oyentes se sentirán a gusto, conmovidos y muy motivados, y te devolverán el mismo trato en la forma de apoyo y cooperación.

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¿PROBLEMAS CON LA VELOCIDAD DE LAS PALABRAS?

"¡Habla 14 palabras cada 5 segundos!"



"¿Por qué?"

"¡Habla 14 palabras cada 5 segundos!" Significa expresarte con una velocidad equilibrada de tus palabras, acelerando y disminuyendo la velocidad agradablemente e insertando pausas inteligentemente.

Velocidad de crucero

La velocidad de las palabras puede compararse a la velocidad de un automóvil. Arrancas con cuidado, alcanzas una velocidad constante, disminuyes al llegar a una curva, luego aceleras, te detienes ante una señal de parada, luego reanudas la marcha hasta alcanzar nuevamente una velocidad constante. Así todo el camino hasta detenerte completamente.

Una velocidad constante que recomiendo es entre 12 y 16 palabras cada 5 segundos (o sea, un promedio de 14x5). Usa la grabadora de tu dispositivo móvil, lee un largo escrito y compara con dicho rango tu velocidad. Haz los ajustes necesarios y acostúmbrate a esa velocidad.

Acelera en los puntos secundarios

Lógicamente, tienes que acelerar el paso en los puntos secundarios, porque son  explicaciones menos difíciles, como ejemplos e ilustraciones. No necesitan que sigas a 14x5. Puedes hablar más rápido. No se distraerán ni desconcentrarán.

Disminuye en los puntos principales

Los puntos principales son explicaciones troncales, las más importantes y menos detalladas. Tus oyentes deben prestarles más atención. Si aceleras en un punto principal, se les escapará el detalle y olvidarán lo que dijiste. Debes hablar más lento y claro para que puedan poner cuidadosa atención a lo que dices. Ningún anuncio importante debe tomarse a la ligera, porque todos lo tomarán a la ligera.

Pausa de expectativa

Es un silencio total de entre 2 y 3 segundos inmediatamente antes de decir una idea muy importante, para que el oyente la recuerde o tenga presente. El exceso de esta clase de pausa, o hacerla antes de cualquier palabra, causa distracción, pérdida de importancia y aburrimiento.

Pausa de énfasis

Es un silencio de entre 2 y 3 segundos inmediatamente después de decir una idea muy importante, para que el oyente la recuerde o tenga presente. Su abuso incomoda y comunica fanatismo, prejuicio y hasta falta de juicio sano. Es como escribirlo todo con mayúsculas.

Pausa de cambio de pensamiento

Es un silencio de entre 2 y 3 segundos inmediatamente después de concluir la explicación de una idea principal o de la lectura de un párrafo completo de un escrito.

La combinación armoniosa de volumen, velocidad, tono y pronunciación produce una modulación muy agradable al oído. 


Hablar apresuradamente y con mala pronunciación se podría asemejar a escribir un mensaje borroso. Escuchar a alguien que habla muy rápido es como tratar de leer lo que ves aquí arriba.

Usar el mismo volumen, la misma velocidad, las mismas pausas y la misma tonalidad en todas las frases es como ir en auto y avanzar y frenar exactamente cada 10 metros en un viaje de 15 minutos. ¡Desesperante, aburrido y poco productivo!

Por eso, habla a razón de 14 palabras cada 5 segundos pausando con expectativa y énfasis de vez en cuando, y tus palabras fluirán más cómodamente a la mente y corazón del oyente durante todo el discurso. No se cansarán de oírte.

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¿PROBLEMAS CON TU MODULACIÓN?

"¡Usa un tono de voz agradable!"



"¿Por qué?"

"¡Usa un tono de voz agradable!" significa que debes hablar de manera que tu voz suene acogedora, grata, entusiasta, motivadora, variada, respetuosa, prudente, amigable y amable.

Feo / Bonito es una dicotomía que se basa en gustos personales. Lo que a unos les puede parecer hermoso, a otros les puede parecer horrible. 

De modo que cuando hablamos de Agradable / Desagradable, ¿desde el punto de vista de quién deberíamos enfocar el asunto? Cuando pensamos que la voz debe sonar agradable al oído, ¿al oído de quién? ¿Al de quien habla, o al de quien escucha?

Agradable al oyente

Para mejorar la modulación es imprescindible comenzar por reconocer y aceptar que si tu voz le suena dura, monótona o demasiado fuerte al oyente, sentirá que estás asumiendo una posición dominante, estricta, enfática, extremadamente firme o condenatoria, lo que podría hacerle pensar que eres perfeccionista, exigente o inflexible, y en vez de atraer su atención de modo que disfrute del momento, chocaría con los de personalidad fuerte y ahuyentaría a los de personalidad débil.

Si tu voz suena exageradamente enfática, podrías dar la impresión de ser una persona dogmática, que no entra en razones, y quizás despiertes el prejuicio de que tratar contigo sería una experiencia estresante y agotadora. Podrían suponer que no mostrarías respeto por ideas que no concordaran con las tuyas, que sería imprudente siquiera pretender dialogar contigo. ¿Quisieras que pensaran eso de ti? ¿Verdad que no?

Recuerda esto: Enfatizar mucho y constantemente con el tono de voz es semejante a escribirlo todo con mayúsculas, con trazos gruesos, adjetivos fuertes y subrayando y encerrando en círculos cada frase con un resaltador de texto. En vez de prestar atención al mensaje, probablemente el oyente se distraería pensando: "¿Y a este qué le pasa?", y la atención estaría puesta en ti, en tus expresiones faciales, no en el contenido.

Canta

La música que acostumbras oír refleja tu personalidad. Igualmente, la musicalidad de tu voz comunica tus sentimientos de las diferentes partes del discurso. Si siempre usas el mismo tono y la misma gama de tonos, tu voz resultará muy aburrida. Para mejorar, cantar "Amapola" es un buen ejercicio. Cántala con toda la profundidad que te sea posible.

Habla cantando

Variar la melodía de tu voz creativamente te evitará caer en una desagradable monotonía.

Graba tu voz

Grabar tu voz te ayudará a observar y corregir cualquier tendencia hacia la monotonía

Si grabas tu voz y verificas que estés cantando, es decir, que estás hablando sin usar los mismos tonos vez tras vez, tu voz se oirá muy agradable. 

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¿PROBLEMAS CON TU IMAGEN, TU MANERA DE ARREGLARTE O COMPORTARTE?

"¡Cuida tu imagen!"
 

Por qué cuidar tu imagen

Tan pronto como entras en el campo visual de tus oyentes, sus ojos capturan todo lo que ven, hasta el más leve movimiento de tus dedos, cejas o pies.

Por eso debes cuidar tu imagen. Tus oyentes se llevarán una imagen en su memoria cuando se retiren al finalizar tu conferencia. De hecho, se llevarán una emoción, un sentimiento y muchas, muchas imágenes. Pero principalmente se llevarán la pulpa de tu mensaje y lo que representa para ellos.
 
¿Conoces el dicho: "Ver para creer"? Pregúntate qué ven tus oyentes cuando apareces en escena? Es cierto que no puedes controlar cada detalle de la imagen que proyectas, pero puedes hacer tres cosas que podrían facilitarte ayudarte.

La frase "¡Cuida tu imagen!" te recuerda verificar que tu modo de vestir y acicalarte refleje orden, limpieza y modestia.

Orden

 
Tu manera de vestir debe reflejar orden, no desorden. No dejes nada torcido ni fuera de lugar. ¡Usa un espejo antes de salir a hablar!  

La foto de arriba no se refiere a los varones solamente ni sugiere que se deba o no usar corbata. Comunica la idea de no usar prendas ni accesorios que parezcan fuera de lugar. Consulta la sección "Tips" del Índex para otras sugerencias.

Limpieza

Aséate debidamente y mantén limpia tu ropa y zapatos. Cuida tu aliento. La imagen de limpieza de un orador suele asociarse con su sentido de responsabilidad, criterio, educación, crianza y otras ideas que la gente prejuzga. El desaseo provoca lo contrario.

Modestia

En oratoria no hay lugar para la inmodestia, puesto que el orden y el aseo personal siempre ha estado asociado con el sentido de responsabilidad y el respeto hacia la audiencia.

Recuerda esto: Reflejar orden y limpieza es la clave de una imagen que contribuye a que tus oyentes sientan que pueden confiar en tu consejo. Lo contrario igualmente es cierto.

Una vez proyectada una imagen desfavorable, es muy difícil recoger y reconstruir los pedazos. Y eso es especialmente importante en una teleconferencia.

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¿PROBLEMAS CON TU CONCLUSIÓN O PARA ENFOCAR TU PROPÓSITO AL LLEGAR AL FINAL?

"¡Sube en el cierre!"



"¿Por qué tener muy claro el final?"

El momento más importante de todo el discurso es el final porque es cuando el orador debe dejar en claro 1) la razón por la que se dirigió a su auditorio, y 2) de qué manera sus oyentes se beneficiarán de hacerle caso.

Por eso, el final del discurso es el peor momento para titubear, bajar el volumen, toser o hacer anuncios de última hora.

"¡Sube en el cierre!" Significa que cuando llegues al final de la explicación, debes intensificar un poco tu expresividad y resumirlo todo en una frase sencilla e impactante que tus oyentes puedan recordar fácilmente.

En otras palabras, la esencia de la conclusión de cualquier discurso convincente, persuasivo y motivador es: "¡Por eso! ¡Haga [esto] para conseguir [esto]!".

    A. Acción. Llama a la acción. Diles clara y francamente lo que tienen que hacer ("haga esto"), o bien, dales una idea en la que se queden reflexionando profundamente ("piense en esto").

    B. Beneficio. Dales una razón de peso que los impulse a actuar ("porque"), u ofréceles un incentivo que haga que valga la pena hacerte caso ("para lograr o conseguir tal cosa"). 

La combinación de acción, razón, causa y pasado, con motivo, propósito, efecto y futuro, expone a vista del oyente toda la pulpa del discurso, algo que resulta muy fácil de recordar y aplicar.

Si no les dices específicamente cuál es la razón, causa y lección que nos deja el pasado, ni el motivo, propósito y posible resultado que pueden obtener en el futuro, no visualizarán el beneficio o incentivo que les ofreces. No les resultará muy atractivo, ni te harán caso. 

Y aun si te hicieran caso, su convicción no llegaría al punto de la persuasión ni por tanto lo llevarán a la práctica.

La razón, motivo o incentivo que les ofrezcas tiene que ser como un dardo que se les clave en lo más profundo del alma, como un ancla que les provea estabilidad.

Durante el argumento les prometiste muchas cosas y les mostraste muchos ejemplos. Pero en la conclusión cierras tu discurso con un broche de oro: Resumes el tema, les dices en pocas palabras lo que deben hacer y procuras que imaginen cómo se beneficiarán por hacerte caso. 

En otras palabras, les das una razón de peso y/o un incentivo atractivo [intensificando un poco tu volumen, velocidad, tono de voz y pronunciación] para que reciban con gusto tu motivación y se sientan impulsados a hacer lo que les pides.

No existe sistema más eficaz. Fue una de las enseñanzas magistrales que perennizó el gran Dale Carnegie, y uno de los mejores consejos acerca de los cuales escribió extensamente el afamado publicista Alec Benn

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CUARTA LEY:

Bájate del burro


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¿PROBLEMAS CON EL ABURRIMIENTO?

"¡Bájate del burro!"



"¿Por qué?"

"Cuando cesa el entretenimiento, cesa el aprendizaje" - Dr. Maxwell Maltz, autor del libro Psicocibernetics (1958).

"Bájate del burro!" significa "no me aburras". Si tus oyentes se aburren, se distraerán y no te prestarán atención, no se concentrarán, no aprenderán nada ni harán nada de lo que les recomiendes. 

Aburrir al oyente es lo opuesto a entretenerlo. Es atentar contra tu éxito como discursante. 

Lo peor que un orador o lector público puede hacer, aparte de ofender al auditorio, es hablar de manera monótona, tediosa y aburrida. Porque mata la concentración, la motivación y el aprendizaje.  Por eso también se ha dicho que "aburrir es hablar en vano".

Usa la fórmula PIO:

    P. Participación. Hazlos participar aplaudiendo, cantando, actuando, ayudándote, formando grupos de trabajo, etc. Te prestarán atención de principio a fin y no se aburrirán.

    I. Imaginación. Háblales usando imágenes mentales, tales como ilustraciones, ejemplos, anécdotas, cuentos, historias, frases célebres, refranes, relatos, mitos, leyendas, etc. Encenderás la pantalla de su imaginación y se deleitarán tanto escuchándote que se olvidarán del tiempo.

    O. Objetos. Usa apoyos visuales, tales como pizarras, láminas, películas, vídeos, pinturas, fotografías, esculturas, instrumentos musicales y objetos en general. Será como arrojarles flechas de colores a los ojos. A los auditorios les encanta observar cosas que el orador les presenta. Pero nunca uses láminas con letras y palabras que no puedan distinguir ni entender fácilmente.

Hazlos participar, háblales de modo que puedan imaginar formas, tamaños, distancias y acciones, y utiliza apoyos visuales siempre que sea posible. 

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Cuenta tu tiempo al revés



"¿Por qué?"

¿Cuántos años tienes? Tienes lo que te queda, no lo que ya viviste. Si tenías 5 monedas y gastaste 2, te quedan 3. ¡La realidad es que tienes 3 monedas! Uno vive como promedio unos 70 u 80 años. Si cumpliste o usaste 50, tienes 20 o 30 disponibles, no 50.


Algo parecido sucede al preparar un discurso. Asigna un tiempo total, luego un tiempo a cada sección del discurso dejando margen para cualquier imprevisto. Atente a tu cálculo podando lo que el auditorio ya sepa, o lo que no sea muy importante.

Ensaya cada sección por separado usando un cronómetro regresivo, y repite todo tantas veces como puedas. Por ejemplo, si dispones de cinco minutos, pero dices: "Amigos, tengan muy buenas tardes. Mi nombre es Javier Adamez", tienes cinco segundos menos. Cada segundo cuenta.

Sin embargo, por "repetir tu discurso tantas veces como puedas" no me refiero a "decir las mismas palabras", sino las mismas ideas. Uno solo debe repetir textualmente las frases clave del discurso, no todo el discurso.

¿Cuál es la lección? No sumes tiempo. Mejor réstalo del total disponible.


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¿ALGUNA DUDA?
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A veces las circunstancias son tan inesperadas que tomar una decisión para salir de un apuro podrían complicarse mucho, como cuando viajamos por una autopista tan enredada que perdiéramos la orientación.

La presentación de un discurso podría parecernos abrumadora si nunca hemos hablado en público, o si tenemos cierta experiencia pero quisiéramos saber cómo hubiesen resuelto el problema otros oradores. ¿Qué decisión tomar? Aquí te muestro algunas de las principales inquietudes cuando se trata de dar un discurso.

¿Improviso o preparo mi discurso?

¿De qué hablo?

¿Con cuánta anticipación me preparo?

¿Mando a preparar el discurso o lo preparo yo?

¿Leo el discurso o hablo sin leer?


¿Papel o dispositivo móvil?

¿Y si se apagan las luces?

¿Cuánto tiempo hablo?

¿Hablo de pie o tomo asiento?


¿Me ubico de cuerpo entero?

¿Y si olvido una parte del discurso?

¿Uso apoyos visuales?

¿Presento demostraciones o escenificaciones?

¿En qué momento me presento?

¿Cómo presento mi tema?

¿A quién dirijo la mirada?

¿Hablo con o sin mascarilla?



¿Improviso o preparo mi discurso?
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Es mejor dejar las improvisaciones para las emergencias, cuando no tienes tiempo para preparar el discurso, o para practicar o ejercitar tu habilidad para improvisar. En todos los demás casos, es mejor que te prepares. 

Ahora bien, la preparación puede ser meticulosa o somera. Lo importante es prever tantos sucesos imprevistos como te sea posible, sobre todo, qué preguntas podrían hacerte tus oyentes. 

Si no sabes de qué hablar o solamente quieres memorizar un tema para practicar, haz clic aquí

¿De qué hablo?
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No te quedes con lo elemental de la oratoria. Siempre es bueno conocer y entender a fondo las técnicas y liberarte de la ansiedad de depender de otros. Poco a poco podrás diseñar y presentar tus propios discursos.

¿Se casa un amigo o uno de tus hermanos o hijos? ¿Tienes que preparar unas palabras para despedir a tu jefe o compañero de trabajo? ¿Viene de viaje un familiar y quieres decir unas palabras en la reunión de bienvenida? ¿Cumples 25, 50 ó más años de matrimonio y deseas decir lo que sientes? 


Son muchas las ocasiones para hablar en público que pueden someter a tensión a cualquiera, ¡cuánto más si no sabe nada de oratoria! Pero con un bosquejo básico puedes adaptar cualquier tema. ¿Por qué no visitas la sección Ideas y Modelos?

¿Con cuánta anticipación me preparo?
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Lo más recomendable es poner a funcionar tu mente profunda cuanto antes enfocando una idea central para que en todo momento (aun durante el sueño) esté predispuesta a atraer instintivamente los pensamientos y las emociones que enriquezcan el punto principal. 

En vez de romperte la cabeza y trasnochar, ándate a dormir. Los pensamientos se desfragmentan y reordenan durante el sueño.  

Dos de las muchas cualidades de nuestro subconsciente es que (1) nunca descansa y (2) no se le escapan los detalles. En caso de que no tengas tiempo para prepararte, deja todo en manos de tu subconsciente. Tu cerebro hará todo lo demás.

Pero programa tu mente por medio de ordenarle enfocar y perseguir un solo objetivo. Tu mente profunda se convertirá en un imán de partículas de detalles y, cuando sea que lo necesites, te hará consciente de los mismos para que decidas lo que quieres hacer con ellos, cuáles usar y cuáles descartar. 


Si dejas la preparación para lo último, es decir, si no le pones interés y no programas tu cerebro, desaprovecharás ese maravilloso recurso y una de las consecuencias será que tu cuerpo no estará predispuesto para el éxito, sino para la incertidumbre. 

Si bien es cierto que la adrenalina puede ayudar a uno en el último momento,  ayudará más si uno se prepara lo antes posible. Disminuyen los niveles de ansiedad y estrés. ¡Por eso comienza ya mismo!

¿Mando a preparar el discurso?
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Depende. Si decides escribir el discurso palabra por palabra, te sugiero redactar tu propio discurso, por sencillo que sea. Conviene más hablar con algunos pequeños defectos que hablar perfectamente y que todos se den cuenta de que otra persona te preparó el discurso (como la mamita que le prepara la tarea a su hijito). De todos modos, aunque la decisión es tuya, ten en cuenta la importancia de la presentación. Algunos prefieren gastar más y recurrir a los servicios de un corrector profesional de pruebas o a un redactor de discursos (www.escritores.org).

Ahora bien, si el discurso debe reflejar el sentir de un grupo, como el de una directiva o mesa de trabajo, será importante que tus palabras reflejen el sentir del grupo, no el tuyo. Tienes que someter tus palabras a consulta del grupo. Tal vez el grupo te confíe enteramente la preparación porque sabe que darás en el clavo sin consultarles, o tal vez todos prefieran verificar que sus opiniones sean incluidas.


Si tu discurso será aún más importante, o sea, extremadamente importante, porque definitivamente despertará serias repercusiones, sería prudente que, además, te asista un equipo de comunicadores experimentados que contemplen otras probabilidades. De hecho, tal vez sería mejor que ellos lo preparen y lo presenten como un boceto para ser retocado por ti y por quienes tengan que opinar al respecto. Dispararte por tu cuenta será eso mismo: Un disparate.

El auditorio no se resentirá. Sabe que solo eres un portavoz. Pero es muy importante que te familiarices con el contenido y ensayes bien su lectura.

¿Leo el discurso o hablo sin leer?
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Depende. Se debe leer cuando se trata del mensaje de otra(s) persona(s). Pero si se supone que es tu propio discurso, le restará impacto. No motivará ni moverá a acción. Pondrá en tela de juicio tu competencia, seguridad y originalidad. Rebajará tu imagen como orador. No parecerán tus palabras, sino que alguien te hizo la tarea. En oratoria, el contacto visual permanente con el auditorio es vital. La lectura mata dicho contacto. Si es tu discurso, habla con el corazón en la mano, es decir, sin leer, o a lo mucho, usando un bosquejo sencillo o porciones subrayadas del escrito. 

¿Conviene papel o dispositivo móvil?
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Bill Gates decía que la computadora nunca desplazaría al lápiz, y tuvo mucha intuición. ¿No has notado que hasta los más fanáticos de los equipos electrónicos a veces suelen usar un lápiz para anotar algo importante?

Algo similar sucede con los documentos. Una tablet o teleprompter puede ser muy útil al momento de dar el discurso. Pero si el sistema eléctrico falla, ¿qué harías? Tendrías que improvisar. Si una norma te exige decirlo todo exactamente como estaba escrito, ¿no te tomaría por sorpresa y derrotaría tu plan? En tal caso, ¿no sería prudente tener también el documento en papel, solo por si falla la electrónica?

El papel no falla, los sistemas electrónicos sí. Tienes que sopesar tus ventajas y desventajas. Tal vez quieras usar una tablet porque te parece muy moderno o actual, pero ten la precaución de llevar en un bolsillo el documento escrito. Si falla la tablet, saldrás del apuro con dignidad.

En ningún caso te sugiero dar el discurso leyéndolo en un teléfono. Se ve ridículo y no le añade dignidad a la presentación. Como mínimo te recomiendo usar una tablet i-Pod o laptop. Hay quienes usan dispositivos móviles de tipo anteojo. Pero siguen siendo dispositivos electrónicos. Si llevas un documento escrito, será más proactivo.

¿Y si se apagan las luces?
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No te asustes. No estaría mal que pidieras que mantengan la calma. Solo levanta un poco la voz y, de ser posible, procura continuar con tu discurso. Eso enviará un mensaje de tranquilidad y cordura.

Si estabas hablando o leyendo a partir de un documento y necesitas luz, y tu equipo móvil funciona, tal vez puedas leer desde un documento en papel alumbrando con la lámpara de tu equipo. También puedes cargar tu discurso en tu equipo y leerlo directamente de allí.

Lógicamente, algunos asistentes se sobresaltarán y querrán salir del lugar, ya sea que se enciendan o no luces de emergencia. La confusión será natural. Si ese fuese el caso, quédate en silencio hasta que regrese la calma o el representante del organizador se manifieste (si te retiras y abandonas la plataforma, quizás todos huyan despavoridos).

También puede ocurrir que el representante del organizador tome el control de la reunión y ofrezca algunas instrucciones. En tal caso, cédele el paso y retírate con calma. No es tu misión dirigir un operativo de emergencia, sino del organizador. 

Eso te lleva a otra precaución: Ya sea que hables desde una tablet o de un escrito en papel, siempre lleva contigo ambas cosas. Si falla uno, tienes el otro. En caso de que se apaguen las luces y el ambiente esté calmado, nadie objetará que continúes leyendo desde tu teléfono, porque comprenderán que es una emergencia.

Solo ten en cuenta que, de todos modos, el estrés se les ha disparado a todos imaginando las probabilidades de lo que podría estar sucediendo. Si decides continuar y puedes hacerlo, adáptate a la necesidad de comodidad emocional de tus oyentes (es casi imposible contener a una masa que entra en pánico).

No te angusties si por miedo, precaución o desconfianza, muchos deciden retirarse apresuradamente. Vivimos en tiempos en que la gente se asusta de todo, y con buenas razones.

Por supuesto, hay quienes tal vez preferirían que detuvieras la presentación hasta que se restablezca el fluido eléctrico. O quizás el organizador decida pedir disculpas y suspender por completo la sesión. 

En todo caso, si el ambiente se calma, aunque demore el restablecimiento de la energía o las luces de emergencia suplan la carencia de luz, tienes opciones que te permitirán saber qué decisión tomar.

Es una muy buena idea que tengas la precaución de observar de antemano la estructura del local, a fin de contar con algunos puntos de orientación.

En caso de oscuridad total, no voltees a todos lados. Mantén la orientación hacia las salidas. Si volteas a todos lados, te desorientarás y confundirás los puntos de referencia. 

¿Cuánto tiempo hablo?
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Depende. En la mayoría de los casos los organizadores te dirán de cuánto tiempo dispones. Podrían darte tiempo libre. 

En tal caso, prima tu criterio personal. Pero sería inadecuado explayarte demasiado cuando se trata de una cena en la que todos ya estaban hambrientos desde antes de llegar al lugar. En tal caso, es mejor ser breve. Pocos tolerarán más de 5 ó 10 minutos. Pero sería muy inapropiado tener el discurso central de una celebración importante y hablar solo 30 ó 60 segundos. No te vayas a los extremos.

Nadie puede decirte cuánto hablar en tal o cual ocasión. Lo importante es tener presente que la gente difícilmente tolera más de 30 minutos, sobre todo cuando el tema o la presentación son aburridos. Por otro lado, les parecerá corto si la presentación y el tema son interesantísimos y entretenidos. Por ejemplo, hay conferencias motivadoras que pueden durar varias horas sin que la gente note siquiera el paso del tiempo. Usa buen criterio.


¿Hablo de pie o desde mi asiento?
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Depende. Hablar de pie o sentado causa diferentes efectos en cada persona. Si se trata de un discurso breve o una conferencia de prensa en la que solo se responderán pocas preguntas, tal vez sea mejora hacerlo de pie; si se trata de una reunión de trabajo o conferencia de prensa en la que se responderán muchas preguntas, o asesores participarán en responder, tal vez sea mejor que todos tomen asiento. 

Por otro lado, si el auditorio es inmenso y no hay un micrófono en la mesa, sería absurdo hablar desde allí. Seguramente han preparado un atril. Úsalo. Y si no hay un atril y el auditorio es pequeño, tal vez no sea prudente ponerte de pie.

Sea como sea, procura que tu ubicación sea apropiada, de modo que que todos te vean y oigan bien, pero evita parecer un figuretti que solo quiere atraer la atención hacia su persona.

¿Me ubico de cuerpo entero?
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Depende. Hablar sin atril y sin mesa requiere una gran seguridad personal, porque uno se expone de cuerpo entero ante la mirada del público. En algunos casos es lo más conveniente. Por ejemplo, en una boda, celebración o funeral donde todos están alrededor, de pie. También cuando se dicta una clase o conferencia de capacitación en la que será necesario un roce constante con el auditorio. En tal caso, te sugiero evitar juntar o sobar las manos constantemente, esconderlas u ocuparlas innecesariamente, porque comunicarás inseguridad, se notará tu incomodidad (cotidianamente, las personas no caminan ni hablan juntando las manos). Simplemente úsalas para ademanes o déjalas quietas a los lados, como en una postura natural.

¿Si olvido parte del discurso?
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Olvidar es una cualidad de la memoria. El problema es cuando olvidamos algo que necesitamos recordar. Por eso, lo ideal es tener las ideas muy claras. Divide tus ideas en tres bloques y usa la segunda idea como un puente para pasar a la tercera. Reemplázalas con figuras relacionadas. 

Por ejemplo, imagina un mapa en el que sudamérica representa el capital, centroamérica, los sistemas de comercialización, y norteamérica, el mercado.

O imagina un automóvil de la policía para representar una estrategia, un camión de bomberos para representar a la plana ejecutiva y una ambulancia para representar el marketing.

O imagina un toro. La cabeza para representar a la directiva de la institución, el tronco del animal para representar a la institución y sus extremidades para representar los canales de comunicación y servicios.

Usar imágenes relacionadas facilita mucho la evocación o recuerdo de las ideas.

¿Uso apoyos visuales?
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Depende. Te sugiero usar apoyos visuales solamente si tienes habilidad para usarlos, o si ensayaste meticulosamente con ellos. Puedes usar uno o dos ayudantes que se destaquen por ser personas con un alto sentido de responsabilidad, para que escriban en la pizarra o manipulen los objetos por ti. Solo una advertencia: Olvídate de contar con personas poco despiertas o poco colaboradoras. Echarán a perder el impacto. Convoca a personas detallistas a quienes les guste cooperar y les interese hacer bien las cosas.

¿Presento demostraciones o escenificaciones?
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Depende. Para presentar escenificaciones te sugiero contar solamente con personas responsables, colaboradoras, obedientes y despiertas que den realce a la presentación con su actuación. Podrás ensayar en poco tiempo y con la máxima eficiencia. Contar con personas tercas o tímidas que se resistan a seguir tus presento mijkglaksjgasginstrucciones te dará problemas... ¡hasta podrían colgarte en el último momento diciéndote que las disculpes, que tienen que atender otro asunto! Cuando se trata de actuar en público, es mejor contar con gente realmente dispuesta.

¿En qué momento me presento?
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Si quieres causar un gran impacto con tu puntualidad, te sugiero presentarte ante tus oyentes a la hora exacta. Los que miren su reloj notarán tu exactitud, lo que se traducirá en sentido de responsabilidad y respeto por ellos. 

En todo caso, te sugiero llegar al local o sus alrededores a más tardar unos 15 ó 20 minutos antes. Si usarás apoyos visuales, te sugiero anticiparte, como mínimo, una hora. 

Lógicamente, sería muy apropiado que el organizador o el que presida la reunión sepan de tu intención de ingresar a la hora exacta, a fin de no se les dispare el estrés. Una persona responsable siempre procura llegar al lugar antes de la hora, aunque todos los demás acostumbren llegar tarde. Además, te da suficiente tiempo para solucionar cualquier imprevisto.

Si quieres sentir más tranquilidad, te sugiero llegar antes que ingresen los oyentes, para darles la bienvenida, recorrer el lugar y saludar a cuantos sea posible, conversar con ellos y recabar sus inquietudes.


¿Cómo presento mi tema?
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Las técnicas modernas de redacción animan a que se vaya directamente al grano. La gente ya no presta tanta atención a las formalidades del tipo "De nuestra consideración" o "Estimados señores". 

En oratoria ha ocurrido lo mismo. Las costumbres han cambiado. La mayoría de maestros de oratoria recomiendan que se vaya directamente al grano, y que solo se incluya un tratamiento breve en las ocasiones especiales. Bastará con decir algo así como "Amigos" o "Señoras y señores", y si están presentes personalidades que la comunidad considera importantes, saludarlas a ellas primero. Por ejemplo, "Señora Directora, Señores Miembros del Jurado", Señores Delegados, Señoras y Señores, Amigos (o Compañeros)". Será suficiente.

¿A quién dirijo la mirada?
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La mirada comunica franqueza. ¿Por qué crees que las madres generalmente dicen a sus hijos pequeños "¡¡Mírame a los ojos!!" cuando quieren saber si estos están mintiendo? Porque esquivar la mirada intencionalmente es una señal de esconder algo. Por eso todos sabemos que las personas evaden el contacto visual cuando no quieren revelar algo o que alguien descubra lo que sienten. 

Por el contrario, cuando un orador es sincero y abierto suele mirar directamente a los ojos y buscar la mirada de sus oyentes a fin de hacer contacto y ver cómo están respondiendo. 

Por eso la mirada también es un símbolo de gran confianza personal. Los mentirosos, hipócritas y estafadores suelen mirar directamente a los ojos para engañar, porque saben que los demás interpretarán sus intenciones como francas. Y muchos tímidos suelen fijar la mirada en un solo punto neutro para no asumir la responsabilidad de entrar en contacto con los que los miran.

Por lo tanto, cuando alguien tiene que presentar un discurso, no es una buena recomendación decirle que no mire a nadie a los ojos, que mire a las paredes o a los asientos vacíos, o que entierre la mirada en su escrito, o que, si es corto de vista, se quite los anteojos. Porque eso mata el contacto, y por tanto, la verdadera comunicación. 


La respuesta es "dirige la mirada a todos". Lo correcto es establecer contacto visual. La mirada te permite aprovechar plenamente el feedback [retroinformación, retroalimentación] que te da el contacto visual, para adaptarte a las circunstancias a medida que expones. 
suficiente.

¿Hablo con o sin mascarilla?
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La famosa pandemia de 2020 puso a grandes multitudes en alerta. El COVID-19 se contagió rápidamente de manera muy parecida a un virus sinsicial respiratorio, pero con el potencial de quitar la vida, lo que forzó una cuarentena generalizada. 

Resultó tan devastadora que muchos dijeron que cambió la realidad (no te dejes engañar: nada ni nadie puede cambiar "la realidad", porque la realidad simplemente ES Y SIEMPRE SERÁ LA REALIDAD al margen de los acontecimientos, y de que nos guste o no. Decir que "la realidad cambió" es mera retórica, una frase interesante y una falacia).

De hecho, dicha realidad dio inicio a una férrea competencia por hallar una vacuna. Aunque el único frente eficaz de combate fue el propio sistema inmune de cada individuo, los expertos recomendaron a todos mantenerse a buen recaudo, conservando cierta distancia de seguridad, alejados de ambientes presuntamente contaminados. 

El aliento, la tos, el estornudo, estrechar las manos, besar, abrazar y hasta tocar a una persona infectada podía mandar a uno al otro lado. Los más arriesgados decidieron oponerse a las recomendaciones, y los menos, permanecieron distanciados del resto de la población, evitando el contagio. Las estadísticas de contagio y muerte se dispararon en todas partes. Eso fue muy real, ¿verdad?

Hay dos razones para recomendar el uso correcto de una mascarilla desinfectada y eficaz: Disminuir la probabilidad de inhalar aire contaminado con el virus, y disminuir la probabilidad de contagiar a otros en caso de haber contraído el virus y no saberlo. Y digo 'disminuir' porque dicho tipo de virus es muy pequeño para que una mascarilla lo detenga por completo.

Un micrófono de uso público podía convertirse fácilmente en un foco de contagio por recibir partículas de aliento contaminado. Usar o no mascarilla se se tornó en una cuestión de contribuir a la salud pública, poniendo sobre los hombros de un orador experimentado su sentido de responsabilidad social. No se trataba de preferencia personal ni de imagen.

Dependiendo del ambiente, cuando hay una emergencia se deben acatar las recomendaciones del organizador. Si se toman las debidas precauciones, quizás se podría obviar la mascarilla. Pero en caso de usarla, hablar con más volumen, más lento y pronunciando mejor las palabras suplirá la necesidad.

Con esto no estoy diciendo que lo dejo a tu criterio, sino que debes tener en cuenta la seriedad del caso y sopesar el factor riesgo/beneficio. ¡Podrías contribuir a la muerte de personas que tienen un sistema inmune débil, en caso de que en las últimas horas te hubieras contagiado y no lo sabías style="font-size: large;">
Además, si tomas este asunto a la ligera, tus oyentes podrían interpretarlo como una evidente falta de responsabilidad social de tu parte, lo cual socavaría tu poder de persuasión y convocatoria debido a que desconfiarían de tu criterio ("¡Esta persona es un foco de contagio! ¿No le importa poner en peligro a otros? ¿No le importa contagiarse?").

No es que diga que estoy a favor o en contra de lo que opinan los demás. Solo te advierto respecto a las consecuencias de no ver este asunto con empatía y sentido común. Porque si quieres convencer y persuadir, debes evitar a toda costa una mala interpretación de tu comportamiento. 

TEMAS PARA  MEMORIZAR

Si no sabes de qué hablar o solamente quieres memorizar un tema para practicar, haz clic aquí. Si quieres examinar un poco tu potencial para improvisar unas palabras, puedes escuchar el audio de Oratorianetmóvil en Spotify sobre "El concepto fractal" 

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