MÉTODO



Observa la figura. Es un engranaje. Representa la sincronía. Así como dos o más piezas de un mecanismo encajan la una con la otra para funcionar eficientemente, exponer en público también implica sincronía. ¿En qué sentido?

Mi tesis es que un orador debe sincronizar sus cualidades con los principios de oratoria a fin de explotar al máximo sus probabilidades de éxito al discursar. Pero también debe esforzarse por sincronizar sus pensamientos y sentimientos con los de sus oyentes. Poco a poco lo veremos a lo largo del blog.

Hay quienes dicen: "No me agradan los métodos y las técnicas", o: "Detesto que me impongan límites", o: "¿Por qué tienen que hablar de reglas, leyes o prohibiciones?".

Bueno, se suele decir que 'prohibir es despertar el deseo', es decir, que las leyes despiertan el deseo de pasarlas por alto. Pero eso no es necesariamente cierto en todos los casos. 

Hay quienes disfrutan de su vida violando las leyes, aunque ocasionen desorden y conflicto, y hay quienes disfrutan de vivir en paz sabiendo que sin orden no puede haber una convivencia agradable y, por tanto, deciden respetar las leyes.

Cualquier disciplina que uno se imponga implica privarse de algo, sacrificar algún interés o evitar cierto riesgo o peligro. Puede que nos incomode, pero dependiendo de cada quien, uno coopera o no teniendo en cuenta las consecuencias, los efectos y resultados.

Si llevo prisa y estoy procurando estacionar mi automóvi, pero veo prohibiciones de "no estacionar", seguramente me disgustaré, pero lo aceptaré porque entiendo las muchas razones para tal indicación.

A otro no le importará y estacionará su vehículo donde le plazca, aunque reconoce que se arriesga a pagar una multa y pasar un mal rato recogiendo su vehículo del depósito municipal. El principio es aplicable a cualquier actividad.

Aceptémoslo. Nos guste o no, algunos métodos y sistemas nos facilitan la vida porque por naturaleza todos deseamos ser eficientes. Los métodos ahorran tiempo y recursos.

El método y un conjunto de principios aportan la base, pero no lo es todo en sentido absoluto. Porque finalmente es responsabilidad de cada uno edificar encima y continuar con su formación. Es un empeño de toda la vida, un respaldo cultural en constante crecimiento.

Por ejemplo, nos esforzamos menos buscando ideas y formas para preparar nuestros discursos. Queremos hacer las cosas lo mejor que sabemos. A nadie le gustaría caer dos veces sobre un cactus. Quiero decir que a nadie le gusta pasar un mal rato cometiendo los mismos errores y obteniendo los mismos efectos desagradables. Queremos mejorar.

Por eso la Inteligencia Artificial (IA) nos beneficia ayudándonos, por decirlo así, a no caer dos veces en el mismo cactus, es decir, a no cometer los mismos errores y a realizar gran parte de nuestro trabajo con menos esfuerzo, dejándonos más tiempo y espacio para disfrutar de otras cosas.

Sin embargo, reconocemos que será casi inevitable fracasar muchas veces antes de lograr la destreza necesaria en cualquier campo, incluido el arte de hablar en público. La experiencia suele incluir un montón de fracasos. Es un caldo de cultivo para la resiliencia.

Por ejemplo, si practicamos escalada, probablemente resbalaremos y caeremos algunas veces. Por eso nos atamos una cuerda para minimizar el daño. Primero lo intentamos a baja altura, luego incrementamos el riesgo poco a poco.

No se trata de un capricho ni de una ley o prohibición, sino de un método de entrenamiento basado en simple sentido común. No es una restricción de la libertad, tampoco una invasión de la privacidad ni una exigencia intolerante. Nadie lo toma como una exageración o una norma absurda. Es parte de la diversión.

Todos aprenden y siguen hábitos o rituales al asearse, alimentarse, vestirse, peinarse, saludar, estudiar, cepillarse los dientes, acostarse, levantarse... acciones que poco a poco parecen un proceso básico cada vez más eficiente a pesar de no estar conscientes de que se transformó en casi una ley.

Por decirlo así, solemos presionar los mismos botones y producir las mismas reacciones en los demás, los que, a su vez, presionarán los mismos botones con nosotros. Todos nos implicamos en una rutina o ritual.

Muchos lugares del mundo se caracterizan por un relajamiento de las restricciones donde se toleran toda clase de excesos. Como si fueran islas donde los principios ni las reglas no son bienvenidos, los ve como encasilladores de la espontaneidad, de la creatividad y de la diversión.

Pero, ¿es así realmente? ¿Acaso no podría eso tender a fomentar desunión, intriga, corrupción, deterioro y, ulteriormente, destrucción?¿Se miden el peligro y las consecuencias? ¿Diríamos que somos esclavos de nuestros teléfonos y que quisiéramos librarnos de ellos? Mmm, no muchos.

Las normas, los procesos y hasta la innovación contribuyen al desarrollo. Por ejemplo, un músico explota y expande su inspiración componiendo música, poemas y canciones valiéndose de patrones y reglas estrictas que combinan tiempos, compases, escalas, frecuencias y armonías. Y aunque lo hiciera de oído, de todos modos seguiría instintivamente ciertos patrones y escalas musicales.

Incluso para ciertas actividades de vanguardia tal vez se imponga la norma de que "aquí nadie impone normas". Pero, ¿acaso esa no sería en sí misma una norma? No necesariamente. Hasta quizá estemos de acuerdo y nos agrade, respondiendo: "¡Así es! ¡Aquí nadie impone reglas! Nos guiamos por principios". Y es que, según el punto de vista y las circunstancias, no toda norma resulta siempre desagradable. La coexistencia requiere ciertas normas básicas.

La naturaleza -ya se trate de plantas, animales o el entero ecosistema- obedece instintivamente ciertas leyes físicas inmutables, indiscutibles, asombrosas y perfectamente sincronizadas. En todo el universo existen leyes físicas que se cumplen, sí o sí, dependiendo de qué se trate. Por ejemplo, el clima obedece patrones estrictos que, si se trastornan, podría causar un desastre intimidante.

¿Qué ejército eficiente podría guerrear con éxito contra un huracán, un tsunami, una inundación, un incendio forestal o una tormenta de granizo? ¿Qué montañista querría desafiar impunemente los procesos y las altitudes que se deben respetar para alcanzar la cima del Monte Everest? ¿Quién se atrevería a bajar a las profundidades del mar o deslizarse en skii por una montaña congelada sin el equipo adecuado y sin la debida preparación?

El año 2020 será recordado como el año en que la curva estadística del desequilibrio climático se disparó hasta las nubes (casi describiendo la forma de un palo de hockey), acarreando desastres incontrolables en más de 100 países.

Todos los procesos, métodos y sistemas diseñados por la humanidad se pusieron a prueba como nunca antes. Los patrones naturales parecieron trastornados. Playas hermosas se convirtieron en acantilados peligrosos. Islas desaparecieron del mapa. Gases de metano escaparon a la atmósfera, se abrieron agujeros en la capa de ozono.

En otros campos también esto es relevante. Por ejemplo, la secuencia del ADN sigue patrones que se repiten en las células de los seres vivos. Si los virus se rompen o desordenan intencionalmente o con propósitos egoístas, sobrevienen consecuencias graves. Si lanzamos una piedra con una honda, alguien puede perder un ojo. Si disparamos al cielo, el cielo nos lo devolverá. El mar está lleno de la basura que deja la guerra.

Todo el que se atreva a trastornar el equilibrio y sincronía de la naturaleza, ciertamente lo pagará caro. Las consecuencias pasan factura. Lo que ocurrió con la capa de ozono fue una seria advertencia. ¿Se aprendió la lección?

Por la misma razón, dependemos de respetar la verdad. Desordenar, desafiar y destruir es fácil, pero habrá un efecto. Por ejemplo, esparcir una peste es tan simple como toser y estornudar. Igualmente, confundir, dividir y difundir desinformación puede parecer divertido. Pero no se podrán controlar las consecuencias, detenerlas ni esquivarlas.

De hecho, después de que la IA cobró fuerza en progresión geométrica y asustó a los que la crearon, todos se apresuraron a diseñar maneras de controlarla porque se asustaron de su potencial para independizarse y obrar "a su libre albedrío artificial".

Por ejemplo, los neurocientíficos reconocen que la preparación es el primer paso o primera fase en un proceso para alcanzar cualquier objetivo. Y sabemos que toda preparación implica investigar, analizar, informarse, recabar sugerencias, aprender normas y procesos, seguir instrucciones, cubrir etapas y ganar experiencia, etc.

Quien diga que las técnicas y métodos no son importantes, debería pensar en sus propios rituales y hábitos cotidianos. Todo ser humano, bueno o malo, ya sea sabio o torpe, tiende a ser naturalmente metódico. Aunque cotidianamente siga un proceder espontáneo, incluso esa sería su norma autoimpuesta.

Si vemos en funcionamiento una máquina, nuestros ojos del entendimiento se convierten en testigos de toda la ingeniería que hay detrás. Pero ¿podría inventarse a sí misma una máquina que funcionara perpetuamente? Alguien tendría que diseñarla, procesarla y darle mantenimiento.

Para la consecución de cualquier objetivo en la vida o lograr efectividad en los resultados de cualquier emprendimiento, la naturaleza nos enseña que las cosas se facilitan procediendo de manera ordenada y sistemática. Lo llamamos "metodología", "método", "técnica", "regla", "procedimiento", "terapia", "proceso", "costumbre", "constructo", "paradigma", "estereotipo", "moda", "tradición", "protocolo", "arte" o "sistema".

Para obtener resultados de una computadora, activamos algoritmos perfectamente organizados que no son otra cosa que sistemas y métodos incorporados por su creador para que el usuario, mediante pulsar la tecla énter, obtenga sin mayor esfuerzo la respuesta, resultado o solución que busca. Basta con que el programador escriba mal un algoritmo o el usuario le dé a la tecla incorrecta, para terminar frustrado.

Claro, entendemos que el arte trasciende las reglas y puede llegar a convertirse en una expresión plástica, a veces elástica, del sentir humano. Pero ¿quién puede encasillar el arte con un esquema o límite? 

Cada uno puede crear su propio universo o imaginar su propia perspectiva, su propio horizonte, incluso sus propias reglas, y disfrutar de su privacidad o individualidad, pero no cuando se trata de convivir. En tal caso, todos nos sujetamos a ciertas normas de la comunidad y asumimos cierta responsabilidad dentro de dicha comunidad.

No obstante, por otro lado, si no hubiera reglas, no existirían las escuelas de bellas artes ni los conservatorios de música. Al aprender las reglas o técnicas, el artista puede atreverse a expresar libremente sus sentimientos y regresar al nivel básico y emocional a fin de dar una mayor plasticidad y elasticidad a su obra, o trascender y romper un paradigma para crear algo nuevo. Es entonces que se destacan los principios, no las normas.

Por ejemplo, la paradoja de Bertrand Russell, de 1901, fue el resultado de extenderse más allá de los supuestos límites de las matemáticas. Pero la descubrió usando nada menos que matemática.

Se pueden plasmar complicadas composiciones musicales en un pentagrama, o extrañas pinturas sobre un lienzo, pero siempre habrá creaciones que trasciendan las reglas humanas, los pentagramas y los pinceles.

Es cierto que hay autores que por mucho tiempo no supieron leer partituras musicales, y crearon composiciones hermosas, como Oscar D'Leon. Y hay obras que resultaron de ciertas leyes físicas y matemáticas que no necesitaron lienzos ni pentagramas, como las puestas de sol, las Auroras Boreales, la Secuencia de Fibonacci, la Conjetura de Collatz, la Constante de Káprekar y muchos fenómenos de sincronía que se observan, tanto en la naturaleza como en las incontables obras de la humanidad.

La oratoria no es una excepción. La sientes, la razonas y la entiendes a tu manera, luego la desarrollas intuitivamente, o aprendes una técnica. Después dejas volar tus emociones y trasciendes lo que sabías, por decirlo así, y le das elasticidad. Dejas de hablarle al auditorio (discurso) y comienzas a hablar con el auditorio (conferencia). Y si antes no te prestaban atención, después de aprender la técnica lograste que lo hicieran con mucho gusto.

¡Claro, después de darnos algunos porrazos podríamos descubrir una técnica por nuestra cuenta! Pero también podríamos aprovechar la experiencia ajena y cortar camino, reduciendo el plazo y ahorrándonos mucho dolor.

Por ejemplo, si quieres estacionar eficazmente en paralelo un automóvil, necesitarás descubrir la manera de hacerlo. ¿Te parecería práctico descubrirla golpeando tu auto y los de los vecinos hasta lograrlo? 

Mejor calcularías que el espacio tenga por lo menos la distancia de un auto y medio. Si no, perderás mucho tiempo y probablemente no lo logres (hasta un experto tendría dificultad). Por eso, te vales de ciertos puntos de referencia y maniobras repitiendo los pasos según lo que hiciste en el entrenamiento previo. A eso llamamos técnica.

Es cierto que hay métodos, procedimientos y protocolos que en ocasiones se pueden obviar, o que al pasarlos por alto no causarían una gran diferencia ni ningún perjuicio a nadie. Por ejemplo, mezclar primero agua con limón, en vez de agua con azúcar, al preparar una limonada. Pero también hay detalles que nunca deben pasarse por alto, como la manera de ajustar los tornillos que sujetan ciertas partes del ala de un avión. Si no se sigue un protocolo técnico en el ajuste, con el tiempo ocurrirá un accidente.

Es cierto que no hay comparación entre un malestar estomacal y estrellar un avión. Pero el que no crea que existen límites en todo lo que hacemos, acaba por reconocerlos ("¿Qué tiene de malo? ¡No pasa nada!"... ¡¡hasta que pasa!!).

Por eso, en oratoria se sugiere un método para dar en el blanco. Y así como hay variedad de métodos, unos estrictos y rigurosos, y otros flexibles y adaptables, también los hay desordenados y ordenados.

Desordenado


Ordenado

Siendo que la oratoria no es solo una rama de la lingüística, sino una manifestación y expresión de la personalidad, se trata de un tema complejo acerca del cual escribir. Por eso el presente método la simplifica, en el sentido de ofrecerte una estructura lógica, con títulos y subtítulos que resumen cada uno de sus componentes.

A lo largo del contenido notarás que este blog no está diseñado para provocar simplemente una reacción emocional de tu parte, sino una respuesta tanto racional como emocional. Ambas reacciones son necesarias para el aprendizaje.¿Será muy difícil? No. Basta con saber lo que básicamente significan las palabras más comunes. ¿Sabes lo que significa "informar"? ¿Sabes lo que significa "impactar"? ¿Sabes lo que significa "motivar"? ¿Sabes lo que significa "entretener"? Con eso bastará para comenzar.

El sistema es simple y eficaz debido a la secuencia lógica que sigue su estructura. Las dos figuras de arriba ilustran la diferencia entre enfocar la oratoria simplemente como un puñado de reglas sueltas y un esquema ordenado y fácil de recordar.

En 1979 lo denominé Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás, un mapa o plano mental que armé con mnemotecnia para recordar de manera inolvidable todos los principios y las cualidades que intervienen en la oratoria. Solo tuve que dedicarles un poco de tiempo y atención para memorizarlos con facilidad.

Años después también, a manera de mnemotecnia, las imaginé como un cuadro o esquema fractal cuyo origen se resumía en solo dos cosas: informar y motivar, de donde partía todo el fractal. Para ampliar ese enfoque, puedes visitar mi sitio de Oratorianetmóvil en Spotify y escuchar los audios "Solo necesitas dos cosas", "Concepto fractal" y "Autopsia a tu oratoria".

Las 4 Leyes" podrían parecerte simples conjeturas, pero luego de ponerlas en práctica y disfrutar de sus efectos, ampliarás tu perspectiva y percepción y verás todo de un modo diferente, de manera pragmática.

Un orador que no informa  no memoriza, no motiva ni entretiene, ¿qué clase de oratoria cultiva? No lo concibo.

Al adentrarte en Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Publico estás poniéndote en contacto con esquemas poco convencionales, poco explorados, que te ayudarán a descubrir errores mediante una consideración entre lo conocido y desconocido.

Por ejemplo, seguramente sabías que ni la materia ni la energía se destruyen, sólo se transforman. Pero ¿no te pondrías a pensar si te dijera que tus pensamientos tampoco se borran, sino solo se fraccionan, multiplican y transforman?

Por eso, digo leyes en el contexto del presente método. Hay quienes leen esto buscando vacíos para objetar que me refiera a ello tan estrictamente. Pero la realidad es que no se trata de un punto de vista, sino de cuatro puntos de vista que convergen en una sinergia.

Es un conjunto de enfoques que se resumen en un concepto o patrón que puedes adaptar a cualquier estilo, ya sea flexible o estricto. El molde de los enfoques es fijo pero podrás adaptar todo lo demás siguiendo un criterio innovador, como si fuera un Lego, un puzzle o un sistema Byju's. Podrás ;armar un sinfín de ideas y motivos, y algunas piezas encajarán de cierta manera, no de otra.

Es como una mano: Solo tienes cinco dedos, pero cada uno es diferente, y juntos pueden efectuar una infinidad de tareas dependiendo de cómo los coordines.

No exagero cuando me atrevo a decir que se trata de una especie de navaja filosófica* que te ayuda a cortar camino en tu intención de entender y aplicar la oratoria de forma dinámica. Digamos que Las 4 Leyes surgieron del caos, como una disincronía respecto a otros métodos.

Por ejemplo, aunque las leyes matemáticas y físicas son estrictas y ordenadas e imponen límites a lo que podemos lograr, también nos dejan en libertad para hacer cualquier cosa que se nos ocurra dentro de sus límites inherentes. No son leyes tan estrechas que te inmovilicen. De esa manera, no es que el caos en sí mismo produzca orden, sino que el orden resulta de una respuesta u opción al caos.

La palabra es a la vez compleja y versátil, y causa efectos a veces inimaginables. No podemos encasillarla ni someterla. Pero si quieres utilizarla de la mejor manera, te conviene ponerle bridas y aprender a conducirla cada vez mejor.

Por ejemplo, si quieres mejorar tus ademanes, ¿por qué no los pones pajo control en vez de dejar que se muevan de cualquier manera, por gusto y a cada rato? Es decir, si te habituaste o condicionaste a hacer ademanes durante todo el discurso, o a no hacer ningún ademán en absoluto, porque viste que todo el mundo lo hace, ¿por qué no modificas el paradigma y dejas de hacer ademanes a cada rato y los reservas para momentos específicos? O si te acostumbraste a gritar, chillar y usar un tono irritante porque todo el mundo lo hace, por qué no modificas el paradigma y bajas un poco el tono y modulas tu voz para hacerla más agradable al oído?

Si quieres disfrutar de un paseo a caballo, ¿preferirías montar uno domado o uno salvaje? No creo que digas: "¡Uno salvaje!" porque sabes que tendrías pocas probabilidades de controlarlo. Correrías el riesgo de que te arroje a tierra y te pisotee. Primero te tomarías un tiempo para domarlo.

Otro ejemplo: gracias a leyes físicas y matemáticas se pudo fabricar el JetsonOne, vehículo volador muy fácil de maniobrar. Cualquiera podía comprarlo por Internet. Lo enviaban en una caja por delivery; y se podía armar fácilmente siguiendo las instrucciones. Pero lógicamente, advertían que se tuvieran en cuenta los reglamentos del ayuntamiento para uso doméstico.

Nos guste o no, todo en la naturaleza está regido por leyes, muchas de las cuales se reflejan en fractales de indiscutible perfección. Pero no son normas tan estrictas que no experimentemos libertad, al gual que los fractales, que se adaptan a los cambios o giros de las circunstancias.

Algunos fractales son estrictos, no deben modificarse. Si se modifican, pueden traer serias consecuencias. Igualmente, modificar el ADN o el equilibrio climático es algo muy serio. Otros fractales son flexibles y adaptables. Modifican sus formas de maneras muy variadas.

Hay fractales lineales, iterados, complejos, caóticos, plasmáticos, dinámicos, pero cada uno responde a una directriz que sería imposible atribuir al fractal mismo. Un fractal no piensa ni razona, es solo un efecto o consecuencia de una ley, fórmula o ecuación matemática que está mas allá de nuestro control. El ser humano no creó dicha fórmula o ecuación. Sólo la descubrió.

Algo parecido se refleja en nuestra mentalidad. No es casual que la sociedad humana tenga normas de conducta desde tiempos aparentemente inmemoriales. Según el lugar, se diseñan reglamentos que facilitan una convivencia pacífica y ordenada, y los que los pasan por alto generan consecuencias y dificultades y son reprimidos, reprendidos o censurados y sufrir la pena. Y hay normas naturales que no han sido diseñadas por ninguna sociedad humana, que se cumplen sí o sí, como ocurre con los fractales.

Por ejemplo, ¿te gustaría lanzarte desde un avión porque lo consideras divertido? ¿No sería bueno ponerte un paracaídas bien ajustado? ¡Por supuesto! No te quejarás de tener que atarte las correas, llevar casco, lentes y botas, ¿verdad? Se sentirá apretado, pero concuerdas con que es por tu bien y que ¡es parte de la diversión!

Asimismo, todo lo que hacemos en la vida tiene un efecto, ya se trate de un acto inteligente y constructivo, o uno estúpido o malvado. Todo tendrá un resultado o consecuencia, nos guste o no, y la oratoria no está exenta. La aplicación de métodos eficaces nos facilitan el esfuerzo para canalizar nuestras emociones, sensaciones y pensamientos mediante la palabra, gestos y silencios, a fin de causar efectos más abarcadores. No es cuestión de simplemente salir al frente, mover las manos y comenzar a gritar cualquier cosa.

Claro, algunos efectos se pueden corregir, reparar o rehacer, otros no. Por ejemplo, ya sea que alguien salte sin paracaídas desde un avión o desde el primer escalón de una escalera, habrá un efecto. Se cumple la misma ley física. Pero la diferencia consiste en que saltar desde una gran altura puede costarnos la vida, pero desde unos cuantos centímetros no será tan peligroso. ¿Aprendemos la lección?

Aun en tal caso, no debemos menospreciar lo que consideramos una "conjetura sin importancia". Por ejemplo, cierto bravucón se encolerizó con su pareja y le dio una bofetada. Cuando compareció ante el juez, dijo: "Solamente le di una bofetada". Lamentablemente, en ese momento ella habia tropezado, dio un giro, cayó aparatosamente y se rompió la cabeza, falleciendo en el acto. Por una bofetada aquel hombre quitó una vida y acabó en la cárcel. ¿Solamente una bofetada?". No es tan simple, ¿verdad?

Otro caso: Cierto joven pasó a toda velocidad con su scooter, ;muy cerca de una anciana de 80 años. No la tocó, pero ella se asustó con la ráfaga, dio un giro, perdió el equilibrio y cayó. Se rompió algunos huesos del rostro contra el pavimento. Fue llevada a cirugía y a cuidados intensivos. ¿Y el joven? Simplemente siguió de largo sin darse cuenta de la desgracia que había ocasionado. Jamás se enteró de que"solamente pasó con su patineta" y mandó al hospital a la pobre anciana, la desfiguró y casi la mata!

¿Acaso es un crimen andar patinando por ahí y disfrutar de la vida? No. Por tanto, es el grado de importancia de un asunto lo que nos ayuda a tener más o menos precaución con todo lo que hacemos, incluida la aplicación de una técnica, desde aprender a usar palitos chinos en una comida hasta construir una represa en las montañas.

Cuanto más arriba subimos en la escala del riesgo, más peligroso será si resbalamos, patinamos o caemos. Por eso los arrogantes pasan a la historia, no por su supuesta o malinterpretada inteligencia, sino por su soberbia. Su recuerdo se vuelve una pestilencia que nunca se disipa.

Cuando un misil cae en el océano, alguien quizá exclame: "¡Felizmente cayó en el mar!". Pero ¿qué contestarían los tiburones, delfines, tortugas y ballenas que estaban pasando por ahí, o los corales, que son vitales para el ecosistema? ¿Quién pagará la factura? ¿Las tortugas o el que arrojó el misil? Sería ingenuo creer que no se hará justicia.

Respecto a cosas de menor importancia, hay personas a las que quizá baste con darles un consejo. Si les parece bien, lo aceptan. Pero respecto a cosas de máxima importancia, les conviene tomar conciencia de la responsabilidad moral de poner más atención y no tomarlo a la ligera, porque podrían jugarse el éxito, su reputación, su patrimonio o hasta su vida.

De modo que sí. Hay ciertas cosas en la vida que pueden realizarse más eficazmente si contamos con un método. Podemos edificar mejor si contamos con una estructura. Nos evitaremos un malestar si respetamos algunas sugerencias. No se trata de simples conjeturas.

Si observamos los fractales, notaremos que nos comunican algo: Diseño, orden, estructura, diversidad, armonía, sincronía, adaptación, interrelación, consecuencia e interdependencia.

Al escribir sobre Las 4 Leyes, me refiero específicamente a dos factores: 1) Principios, cuando se trata de algo que reviste vital importancia para el éxito del discurso, y 2) Sugerencias, aquellas cosas que quedan a tu criterio, en las que puedes (y quizás te conviene) ser flexible y tolerante.

Por ejemplo, estar bien informados es muy importante, pero juntar o no las manos durante todo el discurso no es igual de importante. No obstante, si lo que quieres es aplicar mi método y tomar en serio tu oratoria, notarás que Las 4 Leyes implican tanto principios como sugerencias que te ayudan a lograr tu objetivo.

Es algo así como los alimentos. Unos son esenciales, y otros pueden ser sintetizados por nuestro organismo. Pero ¿qué hay de los aderezos y condimentos? Un poco de sal es saludable, pero un exceso puede resultar contraproducente, y lo mismo se puede decir de la miel.

Si lo piensas, hay literalmente montones de métodos e instructores de oratoria en el mundo. Pero ¿qué te parecería juntar y resumir todas sus enseñanzas básicas en una pequeña estructura, como un fractal, que puedas llevar en tu mente y corazón a todas partes para recordarlas fácilmente y por el resto de tu vida?

No digo "cerebro" y "corazón" porque no estoy enseñando fisiología ni neurociencia. Hablo de mente y corazón en el sentido de pensamientos y emociones, porque estoy refiriéndome al efecto que tendrán tus ideas y sentimientos en las ideas y sentimientos de tus oyentes. Cuando digo "de corazón a corazón" me refiero a las emociones, no al corazón en sentido fisiológico.

Lógicamente, tu cuerpo no está fraccionado ni dividido como un fractal, pero funciona como uno. Estamos llenos de fractales (el sistema endocrino, circulatorio, muscular, neuronal...)

Nuestro cuerpo es un todo que se mantiene sincronizado. Es una sola psique. Solo lo secciono en 'mente y corazon' para entender mejor cómo interaccionan sus partes, no porque piense que realmente esté dividido.

Entonces, ¿cuál sería la ventaja de contar con un método, esquema o fractal simple? ¡Lograr tu objetivo de convertir la oratoria en un componente esencial de tu carácter y personalidad! En todas las cosas siempre hay mayores probabilidades de recordar aquello que cuenta con una estructura bien definida: Las cinco vocales, el abecedario, los números del 0 al 9, nuestro esqueleto, el chasis de un automóvil, el caparazón de un cangrejo, ;el armazón de un barco, las vigas y columnas de un edificio...

La función de cualquier estructura física consiste en sostener el todo y evitar que se deforme por completo bajo las fuerzas que actúan sobre el mismo.

En sentido figurado, una estructura también sostiene tu oratoria, manteniéndote fuerte ante la presión emocional. Tus oyentes no notarán dicha estructura al empezar el discurso, pero se percatarán de ello a medida que desarrollas tu tema, y crece su aprecio por tu discurso.

Como si se tratara de los cuatro pilares de una casa o edificio, la estructura pedagógica y didáctica de Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público te ayuda a soportar el peso y la presión de la responsabilidad de tomar la palabra ante cualquier auditorio, y a tomar la ofensiva, no solo con un mensaje convincente y motivador, sino con una actitud convincente y motivadora.


Tal como se levantan los pilares de una estructura sobre un cimiento, hay principios básicos sobre los que se construye la oratoria: 1) la responsabilidad de informar con claridad y exactitud, y 2) la de llegar al corazón para mover a acción.

Coloquialmente diría que es como una Teoría del Todo en oratoria con la diferencia de que no tiene nada de hipotética, porque resume y unifica casi todas las enseñanzas relevantes, lo cual se traduce en un trabajo bien hecho.

Originalmente la diseñé para ayudarme a mí mismo a entender, memorizar y retener lo que me parecían los puntos principales de los requisitos para exponer en público eficazmente. ¡Y pasó la prueba!

Mi primer discurso fue en 1969, pero diseñé Las 4 Leyes casi diez años después, en 1978. Las publiqué en 1983, entregando copias a mis estudiantes de la Cámara Junior de Lima, y después, en 1988, les di mayor difusión mediante una editorial.

Digo todo esto para que veas que el proceso no fue breve. Me preparé, cometí errores, incubé y maduré las ideas hasta la satisfacción y finalmente las expliqué con todo detalle para hacerla comprensible y disponible a más gente por Internet. Esa es mi razón y mi motivación para presentar dos opciones de análisis y educación: una breve, resumida o básica, y otra detallada, extensa, avanzada y ampulosa.

Mediante esos dos modos de observación puedes avanzar a discreción a lo largo de tu estudio con absoluta flexibilidad, según tus propios intereses y necesidades, sin presiones ni condicionamientos.

Así, de manera paralela, lo estrictamente esencial y lo ampliamente detallado te permite mantener un enfoque objetivo y a la vez profundizar hasta la saciedad.

Claro, la sección detallada no está para distraer tu atención ni dar un rodeo innecesario, sino para ampliar y diversificar tu campo visual intelectual, ofreciéndote diferentes perspectivas de cada asunto, como si examinaras con una lupa para ver aumentada la realidad y comprender mejor cada aspecto.

Aprender oratoria eficazmente incluye motivación, relaciones humanas y técnica de ventas. Todo en conjunto abarca un amplio espectro de conocimientos sobre el ser humano. No se trata de hacer ademanes y ya.

Es como trazarte un destino, pero con un itinerario y rumbo variado a fin de visitar muchos lugares sin perderte. Por decirlo así, controlas la metodología, tu sistema, tu procedimiento, tu brújula, tu protocolo, ¡un paradigma confiable!

Tal como la sinergia es un efecto producido por dos o más efectos, este método es un sistema compuesto de varios sistemas. De un vistazo lees una regla sencilla de Las 4 Leyes, pero entonces profundizas y te das cuenta de que en realidad estás abriendo la puerta a un sistema en el que cada uno de sus factores o componentes armoniza con el todo y sirve para crear un efecto en particular, y después, que la suma de los diferentes efectos va produciendo sinergias que, a su vez, llevan a la gran sinergia de lograr el objetivo de tu oratoria.

Impartí mis primeros cursos en un ambiente del jardín de mi casa. Con el tiempo, plasmé mi técnica en el libro que Librería Studium publicó en 1988. Les pareció tan práctico y fácil de leer que lo aprobaron casi tan pronto como lo revisaron. Entonces lo publicaron y distribuyeron masivamente sin pérdida de tiempo.

Fue un compendio tan claro y directo que me pareció innecesario escribir más. Posteriormente me resultó cada vez más entretenido desglosar dichos sistemas y ver que, sin importar por dónde los analizara, su lógica seguía apuntando en la misma dirección y dando los mismos resultados eficaces.

De esta estructura única de principios brotaron sugerencias como si fueran las ramas, hojas y frutos de un árbol. Por eso, primero veremos su estructura, después contemplaremos su tronco, hojas, ramas, flores y todo lo demás. En otras palabras, desglosaremos el árbol de principios y lo analizamos al revés y al derecho.

Claro, unas personas necesitan -o desean- más explicaciones que otras. Por eso notarás que, a partir de un enfoque básico, es decir, en líneas generales, se abren las dos opciones: una explicación resumida, y una explicación desarrollada. Quizás te diga algo una sola vez, y otras, lo reiteraré hasta el hartazgo por tratarse de algo de suma importancia.

Una salvedad: la sección extensa no está para bombardearte con información. No te obligo ni fuerzo a acopiarla, tampoco te voy a evaluar ni calificarte. Solo estoy aquí para beneficiarte lo más posible. Tú controlarás la cantidad y el efecto de dicha información.

Observa este árbol. Tiene raíces, tronco, ramas y hojas. Ilustra muy bien el concepto fractal. Del mismo modo funcionan Las 4 Leyes: como un sistema fractal que se subdivide y extiende en ambas direcciones, hacia la raíz y hacia las hojas.

Tal vez veamos la oratoria desde lejos, como un todo, como cuando vemos un árbol a la distancia, y nos apresuremos a llegar a la conclusión de que que es muy complicada o enredada como para entenderla y cultivarla, no para convertirnos en expertos, sobretodo al descubrir que tiene demasiadas ramas, hojas y raíces. Para un adulto, trepar por un árbol puede parecer complicado, ¿verdad?

Pero si todos razonaran así nadie soñaría con construir casas en los árboles ni habría niños a los que les encantaría trepar a los árboles. Aquí te invito a volver a ser niño y disfrutar de trepar al arbol de la oratoria, un fractal intelectual y emocional muy interesante. Además, muy productivo y reconfortante, ¡hasta rejuvenecedor!

Quizás exclames: "¡Estamos en el siglo 21! Yo quiero algo más rápido, esto se está poniendo denso, muy largo y difícil de leer". Bueno, la oratoria también se puede convertir en un tema complejo porque implica hacer algunos pequeños ajustes en el carácter y la personalidad, tanto en el orador como en sus oyentes. No es una fría cuestión de lingüística.

De hecho, si profundizáramos, veríamos que la oratoria tiene que ver con la programación neurolingüística, la agnotología, semántica, etimologia, didáctica, pedagogía, psicología, sociología, filosofia práctica, magisterio, redacción, estudio del idioma, fisiología, etología, incluso con el concepto fractal* y otros asuntos que no abordo en términos técnicos, sino aquí y allá, de formas fáciles de captar. Porque como ya lo ha demostrado la neurociencia, la comunicación humana es mucho más que decir algo alzando la voz y hacer gestos y ademanes.

Por tal razón, primero expongo de un vistazo la estructura de mi método, y, si lo deseas, puedes desglosarlo todo a tu satisfacción, ordenadamente, como harías con un fractal, hasta sus más pequeños componentes.

Si quieres ver la estructura del método, toca la imagen de abajo o selecciona "Tabla de elementos" en el Índex.


Como casi todo en la vida, al comienzo, "Las 4 Leyes" te pudieran parecer complicadas, pero después se vuelven parte de ti ¡de una manera tan natural y sencilla como respirar!

Incluso te animan a seguir desglosando por tu cuenta sus partes más pequeñas para encontrar nuevas e interesantes ramificaciones de conocimiento y experiencias personales que enriquecerán tu investigación y desarrollo, reforzando tu etología.

Notarás que sin importar cuánto investigues, la aguja siempre señalará hacia el norte del éxito. Tus discursos darán en el blanco en la mayoría de tus intervenciones para el beneficio de tus oyentes.

Por eso, con el paso de los años, difundí toda esta información aún más lejos, de hecho, alrededor de la Tierra, es decir, por todo el mundo hispanohablante, mediante Internet, desde www.oratorianet.com, después desde Oratorianetmóvil, que es el material que estás leyendo en este momento. Desde 2023 puse a tu disposición audios en Spotify. Sugiero oír no más de uno cada domingo por la noche, antes de irte a dormir, y experimentar los beneficios desde el lunes por la mañana.

Oratorianetmóvil es una red de hipervínculos o links que activas para entender cómo funcionan e interactúan los principios. Aplícalos en tu vida diaria y especialmente cuando expongas ante un auditorio.

No necesitarás miles de horas para estudiarla, entenderla, aplicarla y practicarla. Con entender un solo aspecto o componente y poner manos a la obra ya estarás marcando una diferencia con relación a tu pasado, animándote a pasar al siguiente nivel.

¿Niveles? ¿Hay niveles? No. Lo digo en sentido figurado. ;Me refiero ;a tu superación personal. No es cuestión de niveles ni jerarquías. Uno progresa permanentemente a medida que acopia conocimiento y aprende nuevas destrezas. ¿Qué o cuántos niveles se podrían establecer para un desarrollo permanente? Siempre habrá un siguiente nivel.

Si hablo de la redacción como una oratoria del siguiente nivel, o de la oratoria como una redacción del siguiente nivel, me refiero a que el progreso siempre continúa y se afianza.

Cuando una fruta madura ha alcanzado su nivel máximo, te la comes o se pudre. Pero eso no ocurre con un ser humano. Nuestra mente, nuestro corazón, nuestro carácter y personalidad siguen creciendo aunque comencemos a envejecer y deteriorarnos físicamente.

Y aunque es cierto que te puedes sentir mejor comenzando por practicar lo que más te convenga o agrade, te sugiero avanzar día por día, semana por semana y de experiencia en experiencia hasta familiarizarte completamente con todo el método. Siempre habrá un "siguiente nivel".

Incluyo procedimientos para acopiar, organizar y presentar información, facilitar la memorización de los aspectos más importantes de tus discursos, motivar a tus oyentes y ayudarte a alcanzar tus objetivos en cada una de tus presentaciones.

Más que eso. Te asisto para poner por escrito tus pensamientos y sentimientos mediante mi libro web sobre redacción, que también es gratis. Lo encuentras en el índex. Adicionalmente, te explico paso a paso la técnica de ventas aplicada a la oratoria. También aparece en el índex. Ya verás cómo funciona.

¡Definitivamente! Aplicando Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público tienes garantizadas grandes satisfacciones. Una y otra vez comprobarás pragmáticamente que no fallan. Sin importar cuán extensa sea tu investigación sobre el arte de exponer, con el tiempo serás testigo de que todo se reduce a los mismos principios: Informar con claridad para que te entiendan y se convenzan, y motivar con eficacia para que tus oyentes actúen consecuentemente con lo que les recomiendes.

Sin embargo, tu expansiva trayectoria en oratoria también te mostrará que no todos progresan al mismo paso. Unos estudian, entienden, aplican y desarrollan más que otros. La gente tiene diferentes formas de percibir la vida, así como diferentes motivaciones y maneras de conceptuar tanto el éxito como el fracaso. Por lo tanto, nunca habrá dos discursos iguales.

Cada orador siembra y cosecha de acuerdo a sus esfuerzos por entender y aplicar la técnica. Y cada oyente siembra y cosecha de acuerdo a sus esfuerzos por entender y aplicar la información que retiene y le da atención.

Con el tiempo ya no te concentrarás en tus defectos, fallos o tropiezos, sino en tus objetivos, en tus metas y en lo que tus oyentes necesitan oír. Si te enfocas en tu tema, en tus oyentes y en sus necesidades, no en ti, te ubicarás mejor en el planeta y en la historia de tu vida.

Entendiendo y aplicando este método y estructura abrirás las puertas a una nueva imagen, a una nueva actitud y a nuevas estrategias para alcanzar tus ideales en lo que a oratoria se refiere. Desarrollarás más perspicacia y entenderás el enorme beneficio en que resultará para ti y para tus oyentes.

Dos opciones de estudio

Y siendo que una navaja filosófica acorta el camino al entendimiento de una teoría (descartando lo improbable), en este blog hay dos secciones. Así podrás escoger el tipo de análisis que prefieras.

Por eso, a fin de facilitarte el esfuerzo, te propongo las dos opciones de estudio: una breve y directa, y otra amplia, extensa, ampulosa, compleja y llena de detalles, además de un autoexamen. Esto que estás leyendo es una sección de la parte amplia.

Puedes seleccionar lo que mejor se adapte a tu tiempo, carácter y estado de ánimo o nivel de comprensión.

La breve es para quienes quieren la información escueta y sin detalles ("¡No me des tantas vueltas!"). Es para quienes no desean leer, estudiar ni investigar nada, solo quieren resolver un inconveniente ya mismo y seguir con su vida.

La amplia o ampulosa está dirigida a quienes desean reunir y retener tanta información como les sea posible, para estudiarla y sacarle tanto conocimiento, experiencia y provecho como puedan, a fin de darle uso en sus propios discursos, o quizás para instruir a otros.

La sección amplia te da la enorme ventaja de poder volver a ella y absorber cada vez más contenido, detalles que se te escaparon en la primera o segunda leída. Incluso añadí la sección de audios gracias a Spotify para quienes no quieren leer nada ni investigar mucho.

De un aventón tu mente no absorberá ni recordará todos los detalles. De la abundancia de datos, sin importar cuántos sean, tu mente solo abstraerá algunos, los asociará y recordará como lo más importante, lo que más le interesa. Y para asimilar todo lo que puedas, necesitarás repasos y recordatorios oportunos, así como experimentación.

Por eso algunos artículos te parecerán breves y puntuales, es decir, sin mucho detalle. Van dirigidos a quienes quieren la cosa sin rodeos. Otros son extensos y ampulosos, y van dirigidos a quienes tal vez tengan la meta de convertirse en instructores o maestros de oratoria.

Verás que, aunque cualquiera puede aprender oratoria y llegar a ser muy persuasivo al dar un discurso, un maestro de oratoria debe ser más observador y estudioso que la gente común, lo que significa empaparse lo más posible de la experiencia, conocimiento y percepción de otros. Esa es la razón por la que te ofrezco dichas opciones de estudio.

Es cierto que la oratoria es un arte y que muchos siempre la han visto como un tabú, debido a las reglas. De hecho, hay encuestas que arrojan "el temor de hablar en público" como el temor número uno de los temores. Lamentablemente, solo decirlo parece convertirlo en un estigma y una justificación para evadir el tema.

Ten en cuenta que mi objetivo no es que hables como un profesional. Eso dependerá de ti. Mi meta es informarte y motivarte de modo que veas en este método y su estructura una herramienta práctica o palanca que te ayude a jugar un poco y divertirte con sus principios.

Al comienzo sentirás que tu progreso va rápido, en un nivel básico, por decirlo así. Pero después sentirás que tu oratoria va brotando y echando ramas, hojas y frutos con naturalidad, y que, a medida que practicas, logras cada vez más fluidez. Y aún después, si quieres convertirte en un experto, instructor o maestro, ¡adelante!

Aquí no tomo exámenes, porque esto no es un curso. Solo te presento todas las variables básicas para que disfrutes de tu oratoria y decidas qué hacer al tomar acción.
  • Explicación breve

    Encontrarás la explicación breve en el
    Índex, bajo la sección S.O.S., que lo resume todo en 4 Leyes fáciles de entender, memorizar y aplicar. Fácil de recordar, fácil de aplicar.

  • No te exige mucha dedicación ni tiempo. Dicha sección consta de unas pocas frases que sirven para memorizar el método y aplicarlo ya mismo.
  • Explicación amplia

    La explicación amplia (o ampulosa) es para estudiantes más exigentes, cautos y acuciosos. Es la sección dedicada, por separado, a cada uno de los aspectos que se resumen en la explicación breve. Contiene la mar de comentarios, experiencias, anécdotas, libros, tips, definiciones y significados. Incluye modelos de discursos, ilustraciones, ejemplos y otros recursos y elementos que te ayudarán a diseñar tus propios discursos, así como a profundizar tu comprensión de la oratoria, tu habilidad para motivar, tus relaciones humanas y una noción objetiva de la técnica de ventas aplicada a la oratoria. Y si te parece poco, en la sección "Artículos complementarios" hallarás un mar de temas opcionales interesantes. Y si aún así te parece poco, en la sección "Casilla de Respuestas" hallarás carpetas repletas de respuestas a preguntas básicas y de todo tipo que me enviaron mis lectores en un marco de más de 40 años.
Autoexamen

También encontrarás una Tabla de Elementos para ayudarte a revisar si realmente entendiste el sistema. Es un repaso de lectura rápida y requiere que hayas estudiado previa y exhaustivamente Las 4 Leyes. De todos modos, si deseas, eres libre de darle un vistazo ahora mismo a modo de anticipo. Será como mirar las preguntas que el maestro hará el día del examen final.

Si en un futuro quisieras volver al lugar que trata un asunto que te preocupe, pero no recuerdas en qué lugar del blog estaba, usa el link de "Contacto" y envía el formulario. La respuesta automática te dará por e-mail un indice interactivo que te guiará.

En general, todo el método está engranado de manera lógica, basada en principios fundamentales que jamás me fallaron. Y siendo que se basa en principios, tampoco te fallarán. Por ejemplo, la gravedad, la inercia y la termodinámica nos aplican a todos. Igualmente ocurre con los principios que aplican a la comunicacion, es cuestión de analizarlos, entenderlos y armonizar con ellos.

Las 4 Leyes están compuestas de 14 axiomas muy fáciles de razonar y memorizar (un axioma es una propuesta, frase o referencia que se apoya en cierta verdad).

En mi primer manual lo dije todo sin rodeos, pero añadí un rodeo a mi siguiente manual. Posteriormente, en mi web site me explayé a mis anchas. Y en este blog hice ambas cosas.

No quiero asustarte, pero este libro web o blog está compuesto de más de 25 tomos. Pero para que no sonara tan extenso, en vez de "libros" o "tomos" los llamé ;secciones, una de las cuales es "S.O.S.", que encapsula o resume el blog en una sola sección, dirigida a quienes quieren todo rápido.

La estructura de este método está dispuesta como una cadena de ideas naturales, ciertas, seguras, y emparentadas, que resultan fáciles de memorizar, estudiar e interpretar. Tiene que ser así para que sea realista llevarlo a la práctica cuanto antes y potenciar tu mejor actuación en el menor tiempo posible.

No se trata de producir un solo efecto, sino de combinar los axiomas y producir una confluencia de efectos o sinergia.

Aplicar uno solo de los axiomas, aisladamente, te dará satisfacción. Pero si aplica los 14, te darán mayor satisfacción y fortalecerán tus hormonas de la felicidad.

Cuanto más estudies y profundices, pongas atención y le dediques sinceramente un poco de tu tiempo libre cada día, más te servirá para exponer eficazmente por reflejo condicionado.

¿Qué es un reflejo condicionado?


En este caso, por reflejo condicionado no me refiero a la respuesta automática e inconsciente del sistema nervioso ante los estímulos. Por ejemplo, si alguien o algo te saca de tu punto de equilibrio estando en lo alto de una escalera, tu sistema nervioso reaccionará por instinto. Automáticamente hará todo lo que esté a su alcance para protegerte del daño.

También podría suceder que estés ayunando para un análisis de sangre. Pero como todas las mañanas tienes el hábito adquirido de beber o comer algo antes de salir de casa, probablemente después del segundo o tercer bocado te percates de que rompiste el ayuno y ya no puedan tomarte la muestra de sangre. En este caso, el reflejo condicionado te cerró el paso y no te ayudó.

Más bien, me refiero por reflejo condicionado a un sentido figurado, a las reacciones automáticas conscientes que se pueden lograr mediante la memorización y asimilación de las 14 órdenes sencillas que se encuentran en la sección S.O.S.

Si las grabas en tu memoria hasta el punto de permitirles influir permanentemente en tu conducta, en tal sentido ;tu meta ulterior resultará en lograr una oratoria eficaz mediante reflejo condicionado.

Como en cualquier actividad humana, la primera vez que aplicas el método es más difícil. Pero te sientes fuerte porque confías que está bien estructurado.

La segunda vez es más fácil debido a la coherencia que sientes de haberlo hecho bien la primera vez. Pero después lo haces casi automáticamente por reflejo condicionado, por experiencia, y porque lo haces con placer, con más calma y concentración, voluntariamente, no como obligado ni empujado por las circunstancias.

Memorizándolas como 14 frases simples (divididas en cuatro secciones), todos tus recursos se activarán automáticamente cada vez que sientas la responsabilidad de tomar la palabra. Te invadirá el impulso natural de llenar los requisitos que te ayudan a dar en el blanco de la eficacia. ¡Por decirlo así, le añadirás turbo a tu oratoria!

No tiene nada que ver con la meditación trascendental, hipnotismo, magia ni yoga. Es solo cuestión de seguir las instrucciones hasta el punto de asimilarlas, luego dejar que tu sistema nervioso se haga cargo. Pero si no las estudias ni memorizas, no funcionará. Solo lo lograrás en la medida en que pongas de tu parte.

Por ejemplo, cuando alguien te pregunta: "¿Cuánto es 2+2?", ¿qué ocurre en tu cerebro? ¿Acaso necesitas pensarlo mucho? No, no tienes que sentarte con una calculadora para obtener el resultado ni sacar un lápiz para escribir nada.

Y no es que hayas memorizado la respuesta. Lo que ocurre es que archivaste el principio matemático que te lleva a la respuesta correcta. Por eso la respuesta siempre saltará automáticamente a la orilla de tu mente de la misma manera como un sapito salta afuera del agua: "¡¡4!!".

Sin querer, aplicas espontáneamente el mismo principio cuando la pregunta es: "¿Cuánto suman 5000 + 5000?", o si te preguntan tu nombre o dónde vives. Las respuestas simplemente saltan a la orilla de tu memoria gracias al reflejo condicionado. Lo mismo te ocurrirá con Las 4 Leyes si las memorizas y asimilas. Nunca más te preguntarás "¿qué necesito para presentar un discurso eficaz?".

Por ejemplo, hablando figuradamente, a muchos les resultaría difícil captar y recordar la palabra "histerosalpingooforectomía", pero no a un doctor en medicina.

Dirás: "¿Cómo alguien puede recordar semejante palabrota?". Porque estudió y usó el término tantas veces que quedó entretejido entre sus pensamientos por el resto de su vida. Y lo mismo pasa con los nombres de los huesos, músculos, nervios, compuestos químicos, etc. Cada uno con su tema.

Algo similar se puede decir respecto a los ingenieros, directores de orquesta y astronautas. Los dedos de un pianista o violinista se mueven casi enteramente por reflejo condicionado, incluso algunos siguen tocando luego de entrar a la etapa senil. Por ejemplo, puedes buscar "ancianas pianistas" en Internet, y te llevarás una sorpresa de lo que puede hacer la memoria. Es porque estudiaron, practicaron y ensayaron durante gran parte de su vida.

De manera parecida, muy temprano en tu vida no sabías tu nombre ni tu fecha de nacimiento, ni la dirección de tu casa ni tu número de teléfono; y después no sabías usar el correo electrónico, escribir mensajes de texto, reenviar videos ni entrar a una teleconferencia. Poco a poco fuiste interiorizando esos nuevos datos a fuerza de repetición.

Dicha repetición no se refiere a inculcarte conceptos vacíos o que no tienen trascendencia, sino aquellos que significan algo para ti.

Primero se vuele una costumbre, luego, un hábito, y después, un reflejo condicionado. Por ejemplo, si un niño no limpia sus dientes, probablemente le saldrán cariarán. Quizás no quiera dedicar tiempo ni esfuerzo a eso porque nunca tuvo caries y no entiende por qué le conviene limpiarlos.

Lo mismo sucede con el comportamiento. Ahora te jabonas las manos, cepillas los dientes, tomas una ducha, te pones los zapatos, escribes con un lapiz, sumas, restas, multiplicas, comparas, envías mensajes electrónicos y asistes a teleconferencias y haces muchas otras cosas todos los días sin detenerte a pensar mucho en el proceso. ¡Y seguramente lo haces muy bien!

¡Claro! Al principio, el jabón y el lápiz se te resbalaban de las manos, te costaba maniobrar el cepillo de dientes, y otra persona tenía que asearte y atarte los cordones de tus zapatos, enseñarte a sumar, restar, multiplicar y dividir, y ayudarte a usar la computadora y el teléfono móvil.

Pero después nadie te siguió ayudando. Simplemente aprendiste a aprender aplicando por tu cuenta un sistema de aprendizaje. Con Google te volviste autodidacta y el proceso de aprender no solo se convirtió en un ritual, sino en un pasatiempo agradable que pudiste seguir a ojos cerrados.

Todos terminamos desarrollando nuestros propios sistemas de aprendizaje. Pero básicamente usamos los mismos tres recursos: impresión, repetición y asociación de ideas.

Por eso, este método hunde sus raíces en lo básico, en verdades sencillas. Te da herramientas que funcionan como palancas para mover otras cosas. Si te pido que repitas algo, no se trata de una simple palabra, sino de un principio fundamental.

Por eso siempre fueron inolvidables los dichos que repetía la abuela: "Zapatero, a tus zapatos", "el que no arriesga no gana", "avergüénzate de lo malo, no de lo bueno", "el flojo trabaja el doble", etc.

La repetición por sí misma no hizo el trabajo, sino que eran frases cargadas de sentido lógico, frases productivas que te ayudarían más tarde en la vida. Un día tuviste un problema, te acordaste de tu abuela, aplicaste su frase y lo resolviste.

Piensa en esto: Si notas que alguien te arroja una piedra, ¿acaso tus ojos se quedarían mirándola fijamente, observando su trayectoria para calcular si te dará en la cara, y luego pensarías en la decisión que debes tomar para esquivarla?

No. En tal circunstancia, tu cuerpo no se detendría a pensar ni un instante. ¡Tomaría el control inmediatamente, sin pedirte permiso! ¡Reaccionaría en milésimas de segundo, apartándote del peligro!

¿Cómo supo tu cuerpo qué hacer si no tuvo ni un segundo para pensarlo? Simplemente supo lo que tuvo que hacer. ¡Sencillamente le cediste el control a tu sistema nervioso en el instante preciso y dejaste que se encargara del problema por reflejo condicionado!

Es el mismo principio por el cual los futbolistas, pianistas y clavadistas profesionales siguen practicando aunque hayan llegado a ser campeones mundiales. Saben que necesitan mantener a tono sus reflejos condicionados. Solo así saldrán airosos ante los diferentes y nuevos estímulos que se les podrían presentar durante un partido o inmersión.

Si preguntaras a alguien: "¿Cuál es su tipo de sangre?", probablemente no sabría la respuesta, a pesar de haberlo sabido en algún tiempo. Pero como no hablaba siempre de ello, aparentemente lo olvidó. Todo es susceptible de pasar al olvido. En cambio, los que regularmente analizan su sangre tienen más probabilidades de recordar cuál es su tipo.

El uso de cierta información, o la práctica de ciertas acciones y procesos, los hace resistentes al olvido. Por eso solemos repetir o ensayar las cosas para fijarlas en nuestra memoria. Pero podríamos olvidarlas tan pronto como dejáramos pasar suficiente tiempo sin tomarlas en cuenta.

Igualmente. Cuanto más aplicas los principios de oratoria a tu actividad cotidiana, más fácil surgen por reflejo condicionado cuando te llega el momento de exponer en público. ¡Porque no dejas que pasen al olvido! Se vuelven parte parte de tu vida, de tu comportamiento, de tu conducta, de tu carácter y personalidad.

Pero ¿cómo recordarlos todos? Usando el método de la abuela: convertirlos en frases inolvidables, es decir, muy fáciles de recordar, y encadenándolas de manera igualmente fácil de recordar.

Un vendedor que aprende los principios y el proceso para vender, no deja de aplicarlos en su vida cotidiana. Aprende a vender por reflejo condicionado, tal como quien se quita y pone los zapatos. Y si además se convierte en un orador competente, mejor.

Un cinturón negro de karate podría quedar fuera de forma debido a la edad, un accidente u otras circunstancias, ¡pero su cuerpo jamás olvida la técnica ni los principios de física que aprendió debido a la cantidad de veces que repitió los ejercicios! Si lo amenazan, su reflejo condicionado estará listo como cuando estaba en sus mejores tiempos.

Ponte de pie, cierra los ojos, espera un momento y luego toca la punta de tu nariz con la punta de uno de tus dedos y pregúntate ¿cómo es que la punta de mi dedo, que está tan lejos de mi nariz, de repente puede dirigirse exactamente a la punta de mi nariz, sin mirar?

¿Cómo lo sabe tu mano, y específicamente, la punta del dedo? ¿Acaso estuviste ensayando? ¡Lo hiciste por reflejo condicionado! Tu cerebro tiene un plano de tu cuerpo y sabe exactamente dónde está la punta de tu nariz, ¡como un GPS! Y sí, estuviste ensayando cada vez que te tocaste la nariz.

Lo mismo te puede ocurrir con Las 4 Leyes. Pero si no te das el tiempo para memorizarlas ni interiorizarlas en tu mente y corazón, tampoco te servirán cuando las necesites. Tendrías que volver a estudiarlas y practicarlas.

No será muy difícil si logras percibir que la mente y el corazón son inseparables (y añadiría al estómago, el hígado, el páncreas, etc.), se complementan magníficamente. Nuestros pensamientos y emociones forman un todo. Los unos mueven a los otros. Unos somos más razonables que emotivos, y otros, más emotivos que razonables.

Claro, no es prudente ser extremistas en uno ni otro sentido, es decir, sin hallar un punto de equilibrio que nos ayude a controlarnos.

Mente y corazón, pensamientos y sentimientos, tecnicismos y espontaneidad, todo está relacionado. Mente y corazón es una dualidad muy interesante. Y lo mismo ocurre con todas las personas. Podemos y debemos tomar conciencia de nuestra hermandad genética como seres humanos y darnos cuenta de que somos componente de un solo gran organismo llamado humanidad. Estamos biológicamente interrelacionados.

Desgraciadamente, aunque todos los ecosistemas están muy bien sincronizados, la naturaleza está cansada de esperar que nos sincronicemos con ella. Generamos demasiada contaminación, confusión y abuso.

Todos podemos ejercer nuestra libertad de expresión. Pero jugaremos mejor nuestro papel si nos damos tiempo para aprender un método de oratoria eficaz y damos en el blanco más a menudo.

Pero tiene que ser una técnica fácil de evocar, que no se borre con el tiempo. Por ejemplo, si obtienes una licencia de conducir y no conduces ningún vehículo durante muchos años, no pretendas que, de repente, ganarás una carrera de autos. No puedes pedir tanto.

Si alguien lee de tapa a tapa un libro de dietas y ejercicios, ¿acaso bajará o subirá de peso? No. La simple lectura no le hará el milagro. ¡Tiene que hacer el esfuerzo, actuar, modificar sus hábitos alimenticios y hacer los ejercicios que se recomiendan!

Igualmente, en oratoria, aunque solo te acordaras de un principio, ya le estarías dando un gran impulso a tu desempeño. No importa dónde, cuándo, cómo ni cuántas veces tomes la palabra. Tu mente y cuerpo contarán con un recurso automático para quedar bien al exponer. Porque ya no tendrás opción de quedar mal. Me encanta decir que aprendiendo Las 4 Leyes uno queda casi permanentemente incapacitado para hablar mal cuando da un discurso!

¿Te agrada la idea? Entonces, ponle corazón, aprovecha esta magnífica oportunidad y pasa la voz a tus parientes, amigos y compañeros de trabajo, para que ellos también se beneficien de Las 4 Leyes por medio de visitar Oratorianetmóvil.

¿Cómo ves actualmente tu oratoria?

Básicamente, oratoria es una rama de la lingüística, más conocida como el arte de exponer ante un auditorio de manera convincente, persuasiva y entretenida.

¿Pero por qué acabo de decir "exponer" y no "hablar? Porque la oratoria ya no es solo el arte de hablar y escribir. También se puede comunicar con lenguaje de señas, una forma de expresión por gestos. ¡Hasta los pintores, dibujantes y arquitectos se comunican mediante sus diseños! Dondequiera que veas un diseño, estás frente a las expresiones de su creador.

Si tu oratoria es propia, única y original, se convierte en un diseño, producto y reflejo de tus inteligencias, caracteres y personalidad. ¡Tú eres quien crea tu oratoria! Tu exposición, ya sea hablada, escrita o por señas, es totalmente tuya, y, lo más importante: AUTÉNTICA.

La riqueza del arte de exponer en público no necesariamente se basa en la gramática ni en la ortografía tradicional, sino en el mensaje, el cual también puede comunicarse con gestos y ademanes.



Pero cortarás camino si te vales de un método o estructura de principios y reglas que no solamente te lo haga más fácil de entender, recordar y aplicar, sino imposible de pasar por alto.

Si un método es difícil de entender, ¿cómo lo recordarás? Y si no lo recuerdas, ¿cómo te motivará? Y si no te motiva, ¿de qué te sirve?

Además, siendo que la oratoria se relaciona con las comunicaciones, las relaciones humanas, la motivación y las ventas, te sirve para darle un impulso a todos los aspectos de tu vida, o para sacarla del atolladero en caso de haber caído en uno. ¿De qué manera?

Por ejemplo, como dije antes, en caso de cualquier emergencia, tu cuerpo reaccionará automáticamente ante cualquier amenaza activando todos sus recursos a fin de protegerte. ¿Funcionaría también con la oratoria? ¡Por supuesto! La emoción de quedar bien actúa como una chispa que activa tu reflejo condicionado. Esa emoción se llama estrés y dura un momento. Pero una chispa bastará para encender tu fuego.

Nadie puede vivir sin sentir cierta medida de estrés. Nuestro entorno inmediato y el mundo que nos rodea cambia constantemente y hay muchas situaciones amenazantes. Si una amenaza persiste y el estrés se prolonga, deja de ser una simple emoción y se convierte en un sentimiento desagradable, quizá la amenaza se multiplique, te invada una sensación de fracaso y te quite el sueño. ¡Todo en ti se conmociona, afectando tu motivación, tu oratoria, tus relaciones humanas y hasta tu percepción de la vida!

Practicando y mejorando tu oratoria, mejorarán también los otros aspectos mencionados. Porque obligarás a tu mente a mantenerse constantemente informada y motivada. Y al presentar discursos interesantes y estimulantes, combatirás el exceso de estrés [el tuyo y el de los demás] y sentirás una agradable y nutritiva sensación de éxito. La retroalimentación será real.

Las 4 Leyes

Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público están compuestas por 14 frases simples, muy fáciles de memorizar, divididas en 4 secciones que activan tus defensas y recursos de oratoria para usarlos en cualquier momento.

Una ley es diferente que un principio. Una ley es un mandato o prohibición que va directamente al punto, mientras que un principio es una razón o motivo basado en una verdad, que explica el por qué o para qué existe tal orden o prohibición.

Por ejemplo, si te digo: "¡Cállate!", estoy pidiéndote que guardes silencio. Es una orden. Pero no estoy explicando por qué. En cambio, si digo: "A veces es mejor que pienses antes de hablar, en vez de arriesgarte a decir algo incorrecto", estoy dándote un principio o base para meditar en cuanto a la ventaja o conveniencia de guardar silencio, dependiendo de las circunstancias.

Podrían haber muchas otras razones. Por ejemplo: "¡Cállate! Que no nos oiga. Vamos a darle una sorpresa." O: "¡Cállate! No quiero volver a escucharte." O: "¡Cállate, o el juez te impondrá una multa más severa!".

Con el método que analizarás en este blog, verás que cada Ley tiene un nombre propio y que a la vez es el título de una explicación. En otras palabras, puede recordarte una orden o prohibición, pero al mismo tiempo, un principio.

Y como es natural, unas leyes te parecerá más fáciles de entender y cumplir que otras. Las encontrarás resumidas en la sección S.O.S. Pero si quieres estudiarlas a fondo, puedes profundizar con las explicaciones detalladas de la sección dedicada a los PRINCIPIOS (ver el Índice).

De hecho, todos los artículos redactados en este blog, incluidos los de la sección de "Artículos complementarios", se basan en Las 4 Leyes aquí descritas.

PRIMERA LEY

Es la ley del conocimiento y la seguridad

Sirve para llegar a la mente.
Es una ley principal. La más importante.

Aunque todos te aplaudan a rabiar porque creas que te los metiste al bolsillo emocionalmente, hablar de manera convincente no significa que tengas la razón ni que lo que estés diciendo sea cierto ni beneficioso. Para convencer tienes que razonar limpiamente y mostrar claramente cuál es tu respaldo para lo que dices: la prueba, base, referencia, fuente o evidencia.

Por ejemplo, si un orador defenderá con gran entusiasmo la teoría de la evolución ante un auditorio exigente, podría buscar una prueba evidente de la transformación de un género animal en otro, conforme al registro fósil, o demostrarla llevando a cabo una prueba de laboratorio a un nivel estrictamente científico. A veces no basta con presentar un argumento apasionado.

¿Y si no tiene pruebas a la mano ni tiene suficientes conocimientos como para realizar una prueba de laboratorio? Puede recurrir a registros históricos confiables, indicadores que gocen de respaldo suficiente, documentos que coadyuven a su argumento. De otro modo, estaría pidiendo un acto de fe.

Pasando al aspecto físico o habilidades que se necesitan para exponer, un orador requiere suficiente volumen de voz para que sus oyentes oigan su discurso con claridad. Debe pronunciar claramente a fin de evitar malentendidos, y adoptar una postura que refleje aplomo, a fin de inspirar confianza. La postura del orador influye significativamente, tanto en sus oyentes como en sí mismo.

También le conviene presentar sus ideas en orden lógico, es decir, siguiendo una secuencia natural que permita a todos llegar, si es posible, a una conclusión unánime.

La información y el conocimiento bien fundamentados, además de una actitud segura, son la base para la seguridad y el aplomo que se requieren para inspirar confianza y convencer.


SEGUNDA LEY

Es la ley de la memoria y los recuerdos

También sirve para llegar a la mente. Es una ley secundaria que le sirve de apoyo a la Primera Ley.

Hablar claro y ser convincente no basta para que los oyentes recuerden lo que uno dice y posteriormente utilicen la información y el conocimiento.

Para memorizar algo personalmente y luego lograr que tus oyentes lo memoricen tienes que causar impresiones imborrables, repetir los conceptos principales y asociarlos con otros que ya estaban en su memoria, enganchándolos permanentemente a un recuerdo.

Si ves a una mujer muy parecida a tu madre, no la olvidarás. Igualmente, si enganchas una nueva idea a algo que ya está en la memoria de tus oyentes, será difícil que la olviden.

En sentido físico, implica sacar el máximo provecho a tus gestos y ademanes, aparte de diseñar cuidadosamente tus primeras palabras.

TERCERA LEY

Es la ley de la motivación y la persuasión

Sirve para llegar al corazón. Es una ley principal y la más difícil de cumplir.

Para informar y convencer hay que ser claros y respaldar los argumentos. Pero para motivar y persuadir hay que expresar ideas y actitudes que refuercen el amor propio y la autovaloración de los oyentes como individuos, haciéndoles ver que lo que se dice se relaciona directamente con su vida, que tiene un propósito concreto, que encierra un gran incentivo y puede beneficiarle, ayudándole a pensar con mentalidad constructiva, proactiva y exitosa.

En sentido físico, te ayudará variar agradablemente tanto la velocidad de tus palabras como la tonalidad de tu voz, reflejando orden y limpieza en tu arreglo personal, además de diseñar cuidadosamente tus últimas palabras.

CUARTA LEY

Es la ley del entretenimiento

También sirve para llegar al corazón. Es una ley secundaria que le sirve de apoyo a la Tercera Ley.

Si no los entretienes, se aburrirán y distraerán, no se concentrarán ni entenderán nada de lo que les digas, lo cual significa que tampoco harán nada de lo que les pidas. Así de simple.

Aunque suene irónico, aburrirse es neurológicamente una necesidad natural en los seres humanos. La salud de nuestro cerebro demanda medidas saludables de aburrimiento. Pero una conferencia no sería el mejor entorno para promover el aburrimiento. Deja eso para los momentos de ocio y descanso.

Por tanto, nunca confundas entretenimiento con distracción. Aunque ambas cosas sirven para relajar las tensiones y mantener el cerebro saludable, el entretenimiento concentra la atención del oyente en el tema, mientras que el aburrimiento y la distracción la aleja.

Todo este método está diseñado para que la mente y corazón de tus oyentes sintonicen con tu mente y corazón y te presten atención de modo que recuerden y hagan lo que pides.

Sintonía mental



Sintonizas mentalmente con tus oyentes mediante impartir información clara y beneficiosa que puedan recordar con facilidad y aplicarla en su vida cotidiana.

Así como uno sintoniza una estación de radio o televisión con un control, tienes que lograr que cada uno de tus oyentes, individualmente, haga clic en su cerebro, se sitúe en el mismo canal y sintonice tu manera de pensar.

Mejor lo digo al revés: Así como sintonizas una estación de radio o televisión con un control remoto, tienes que sintonizar el mismo canal en que transmiten tus oyentes y dirigirte a ellos en la onda o frecuencia en que ellos transmiten. Entonces podrás ayudarlos poco a poco ;a usar su control para sintonizar tu estación. Lograrás que cada uno haga clic en su cerebro y se sitúe en tu frecuencia y en tu canal. Sintonizarán tu manera de pensar.

La mayoría de oradores avanzan raudamente sin asegurarse de que sus oyentes hicieron clic en el mismo comando. Y todavía se dan el lujo de terminar cada explicación diciendo: "¡Muy bien! Pasemos a otro punto". ¿Muy bien?

Si el oyente no te sintoniza, podría sentarse un rato y fingir que escucha. Pero luego tal vez se ponga de pie y se retire (física o mentalmente). Por eso, es vital que procures acceso a su mente cuanto antes.

Por mente me refiero a sus facultades intelectuales, es decir, a su capacidad de razonar y sacar conclusiones, a su manera lógica de seguir el hilo de un argumento.

Tu contenido informativo son las declaraciones, afirmaciones, negaciones, preguntas, respuestas, teorias, hipótesis, formulas, estadísticas, referencias, análisis, encuestas, definiciones, significados, descubrimientos, noticias, frases célebres, historias, experiencias, testimonios, fotografías, ilustraciones y material gráfico... ¡en dos palabras: conocimiento interesante!

Con esto no decimos que todos pensarán lo mismo ni que estarán de acuerdo, como robots, sino que lograrás que se sientan cómodos con lo que dices y percibirán que coincides con ellos casi en todo, o sea, que piensan de acuerdo.

Se trata de armonizar por medio de presentar un argumento que a todos les resulte convincente, no controvertido.



Al decir "que todos se sientan cómodos o armonicen con lo que dices", no me refiero a regalarles los oídos y decirles solo lo que quieren escuchar a fin de que te den su aprobación, su apoyo, su diezmo o lo que sea.

Me refiero a la importancia de buscar siempre un terreno común que facilite el esfuerzo y haga más soportables hasta las cosas que no quisieran oír.

Regalar los oídos es una forma común de hipocresía, una astucia y un error. Sería impensable de mi parte sugerirte eso.

Los pingüinos saben por instinto que "la unión hace la fuerza", y todos concordamos con la sabiduría que encierra el dicho. No necesitan que nadie los convenza de las ventajas de vivir en armonía y pensar de acuerdo. Está en sus genes. Su cerebro nace reprogramado. Un pingüino no piensa como un gato ni como un loro.

Paradójicamente, los seres humanos en general creemos ; que para tener éxito en oratoria basta conseguir la aprobación de la mayoría, y que si el 51% se pone de nuestro lado, podemos darnos por satisfechos. Gran error. ¿Acaso
;tendríamos éxito maldiciendo al 49%?

Además, el concepto "mayoría" no es el mismo para todos. Por ejemplo, ¿entiendes la diferencia entre mayoría simple, calificada y absoluta? Cada una de estas aplica a diferentes circunstancias.

Sea como sea, se fortalece la paradoja cuando cualquiera de los grupos (ganador o perdedor) comienza a vociferar frases ofensivas contra sus oponentes o detractores, endureciendo su posición.

¿Tiene algún sentido que se provoque y exacerbe la hostilidad de unos contra otros? ¿Acaso alguna vez la desunión ha hecho la fuerza?

Si debilitas la unión o fuerza hiriendo a quienes podrían haberse decidido a apoyarte, ¿qué sentido hubiera tenido? ¿No hubiese sido mucho más fácil lograr que sintonicen tu canal y persuadirlos mediante evitar ofenderlos? ;

Que no te apoye el 2%, no hay problema. Pero endurecer y atrincherar al 49% no es una buena táctica en oratoria. ;

Por eso, aunque no lo consiga, un orador competente no solo procura informar, impactar, conmover y entretener a la mayoría, ya sea simple, calificada o absoluta, sino a todos, lo cual significa respetar sinceramente su derecho a opinar y decidir. Una manera de demostrarlo sería absteniéndose de vociferar frases ofensivas contra los que todavía no piensan como él. ¿Imaginas a un orador competente diciéndole a su auditorio: "Y a los que no estén de acuerdo conmigo, les obsequiaré un boleto en avión para que se vayan a otra parte"? Que no le asombre que él mismo termine en ese avión y los demás le hagan adiosito.

A veces, algunos oradores se meten en más problemas de los que necesitaban solo porque su manera de enfocar el asunto fue desastrosa, o porque dijeron algo que no se ajustaba a la verdad, o a la realidad, según como la percibían sus oyentes. Mejor les hubiera sido tomarse un momento para rediseñar un enfoque que fluyera mejor a la mente y corazón de todos, no solo de la mayoría.

¿Qué sería mejor mejor? ¿Quitarle a un niño tus llaves, o darle una galleta a cambio? ¡¡Definitivamente las llaves dejarán de interesarle, tomará la galleta y entregará las llaves suavemente, sin discutir!! ; Si le quitas las llaves sin darle nada a cambio solo provocarás una rabieta imparable.

Piensa en esto: Si digo que te respeto, pero a la vez te insulto y me burlo de ti, o te golpeo cuando expresas tu disconformidad, ¿no estaría desdiciéndome? Con mayor razón aplicaría a un grupo enorme de personas, sin importar de parte de quién se pusieran.

Muchos oradores inexpertos se colocan a sí mismos en desventaja saliendo al frente con la mentalidad de hablar emotivamente y persuadir solo a la mayoría, es decir, dirigirse a los que lo aplauden.

La idea es evitar ofender, insultar y amenazar innecesariamente a tus detractores y a los que dudan. Más bien, hay que procurar atraerlos a todos, ;dejando siempre una puerta abierta al diálogo.

No es que se deba ni se pueda convencer al 100%. Ni siquiera el orador más completo de la historia ha podido convencer absolutamente a todos.

Pero es cierto que en muchos casos será prácticamente imposible decir algunas cosas sin despertar la oposición férrea de un sector, y que no tiene ningún sentido despertar, exacerbar ni enquistar su rechazo si se pudo decir lo mismo de una manera más digestible. ;

Siempre debes procurar la eficiencia, reconociendo que la efectividad de tus palabras también dependen mucho de la actitud de tus oyentes. Meditar en eso te ayudará a ser cada vez más competente en oratoria. ;

Se ha dicho que conocer las reglas de un juego es requisito fundamental para competir y tener laa oportunidad de ganar. La oratoria no es un juego. Va en serio, y tiene normas y principios que te conviene conocer y poner en práctica. Claro, puedes jugar con ella cuando, por ejemplo, practicas en una clase de oratoria, pero no cuando tienes que dar un discurso importante.

Esforzarte por llegar al 100% por lo menos evitará que te conviertas en tu peor enemigo, promoviendo que se pongan en tu contra. Tu actitud es primero, y esta debe ser respetuosa en todo momento.

Sintonía emocional



También sintonizas en otro sentido valiéndote de estímulos emocionales y sensaciones que permiten a tus oyentes sentir que comprendes sus necesidades más apremiantes y que quieres ayudarlos a impulsarse a la acción.

En realidad, todos los que vienen a una conferencia traen una motivación básica y una noción de lo que imaginan, semejante a la mecha piloto de una cocina. Solo se necesita una chispa de emocion para edificar una relación a partir de eso.

Es la sintonía del corazón. Ten en cuenta que las emociones y sensaciones de tus oyentes no son solo ventanas a su entorno inmediato, sino a todo su universo.

Podríamos comparar su ;corazón ;con un océano: Inmenso, fascinante, insondable y hermoso. Pero también podría volverse un entorno muy peligroso y traicionero.

Y tal como te sería imposible navegar en un bote de papel por un mar agitado, tampoco podrías sintonizar con el corazón de tus oyentes si no tuvieras en cuenta algunas nociones elementales. Aquí te hablo de eso.

Por corazón me refiero a sus emociones y sentimientos, a su capacidad de amar y odiar y a toda clase de motivación, incentivo, premio, castigo, relato conmovedor y sorpresa. De paso, a cualquier estímulo que le despierte sensaciones, tales como frío, calor, hambre, sed, placer, dolor y malestar. Por ejemplo, hablándoles como si les dieras un abrazo, un apretón de manos, etc.

Emociones, sentimientos y sensaciones pueden combinarse y generar una fuerza que no conseguirías con palabras abstractas ni explicaciones enredadas o técnicas.

Proponte aprender todo lo que puedas sobre la mente y el corazón y lograrás cada vez mejores resultados con tus discursos.

Por ejemplo, con la experiencia te darás cuenta de que si ofendes a tan solo uno de tus oyentes, muchos se sentirán ofendidos y unirán fuerzas cerrando sus sentimientos contra ti como una compuerta de un submarino, muy difícil de abrir.

Otro ejemplo, si un recién nacido comienza a llorar en una tranquila sala de un hospital, ¿te has preguntado por qué otros recién nacidos comienzan a llorar igualmente?

Uno pensaría: "Son recién nacidos. No razonan lo que sucede. ¿Cómo es posible que se pongan de acuerdo para llorar?"

Se conoce como empatía. Basta que un bebé comience a llorar para que otros comiencen a llorar de igual manera, aunque no sepan por qué. Simplemente se emocionan y solidarizan unos con otros. La empatía es una de las primeras emociones del ser humano. La indiferencia y maldad del mundo la va opacado con los años. ¡Pero allí está!

Siempre he pensado que el primer niño que lloró, lo hizo debido a la frustración que le causó cierto dolor, malestar o incomodidad. Pero ¿por qué lloraron los demás? Seguramente fue la frustración que les causó que el llanto del primero interrumpiera su descanso. Sin una causa ninguno hubiera comenzado a llorar. De todos modos, se juntaron la frustración y la empatía y produjeron una reacción en cadena, de hecho, una relación en cadena.

En algunos lugares, cuando ciertas especies de árbol del bosque son atacadas por algún bicho de modo que enferman, pronto envían sus feromonas por vía aérea para advertir a los demás árboles. Entonces, los que todavía no han enfermado se ponen a la defensiva y contrarrestan el ataque justo a tiempo.

Algo similar sucede si agradas u ofendes a un miembro del auditorio. Ofender a uno es ofenderlos a todos, y agradar a uno, es agradar a todos. Ocurre una reacción en cadena. Dicho de otro modo, desencadenas una reacción positiva o negativa.

Es muy común que un periodista entreviste aleatoriamente a cualquier miembro de una muchedumbre enfurecida. "¿Usted también se opone?". La respuesta tal vez sea: "Sí, me opongo rotundamente". Pero cuando le pregunta: "¿Entiende usted ; exactamente lo que significa y de qué se trata la manifestación?", la persona titubea y comienza a elucubrar alguna respuesta forzada en su mente. Entonces responde lo primero que se le ocurre. No parece tener una convicción real.

Otro ejemplo. No es por gusto que los candidatos a la presidencia señalan con el dedo a alguien entre el auditorio, como si hubieran reconocido a un amigo entre todos. Pero ¿verdaderamente reconocieron a alguien entre la multitud? Es probable, pero lo es más que sea un fingimiento.

¿Es su amigo? No. Pero al hacer el ademán, todas las personas de ese sector se sienten señaladas e identificadas y reaccionan aplaudiendo, dando por sentado que tiene amigos entre el auditorio.

Recuerda: El público se solidariza consigo mismo. No luches en su contra. Si sintonizan tu corazón, se sentirán emocionalmente seguros e inclinados a aceptar lo que digas. ¡Cooperarán contigo!

¿Por qué ;es el aspecto más difícil de la oratoria ganarse el ;corazón ;del auditorio? ;Porque el altruismo, la virtud de procurar el bien ajeno a costa del propio, no es una inclinación que se considera normal en nuestros tiempos. La tendencia común hacia el egoísmo procura el bien propio a costa del ajeno.

Por ejemplo, científicos han descubierto que en la naturaleza ocurre un fenómeno que parece contradecir la teoría de la evolución. Ciertos genes o individuos de una misma especie a veces benefician a otros a costa de sí mismos. No promueven la supervivencia del más fuerte, sino del menos favorecido.

¿Por qué no se ve eso muy a menudo entre los humanos adultos? ¿Por qué escasea el cariño natural y se ensalza el orgullo egoísta?

Porque mucha de la publicidad y propaganda contienen una influencia egocentrista ("tienes que ser el número uno", "tienes que ganar la competencia", "tienes que ser el mejor", "tienes que ir más rápido", "tienes que saltar más alto", "tienes que ser el más fuerte", "tienes que batir el récord", "la supremacía del más fuerte", "mi partido debe ser el único", "todo para mí nada para ti", "yo primero, yo segundo, yo tercero", "te voy a ganar", "soy así, siempre he sido así y no pienso cambiar", "nadie tiene que decirme lo que debo hacer", "no me interesa lo que otros piensen", "nadie tiene por qué imponerme límites", "puedo hacer lo que me dé la gana", "todos lo hacen", "boxear y derribar al otro me relaja", "aquí no eres nadie si no matas a otro", etc.)

Sin embargo, hablar al corazón o tocar las emociones de manera altruista sigue siendo algo muy deseable en el fondo de nuestra naturaleza. Las canciones románticas son un reflejo de esa necesidad natural. Hasta los más peligrosos reos en cárcel exigen respeto y empatía.

Aunque al principio el auditorio en general reaccione con recelo y suspicacia, a casi todos les termina agradando que el orador se muestre altruista y seguro de sí mismo.

Si logras convencerlos de que realmente eres altruista, no un hipócrita convenido, estarán dispuestos a abrirte su corazón y a cooperar contigo.

Pero si descubren que estuviste mintiendo, estafando y robando, te cerrarán su corazón para siempre. Quedarás en su memoria como un paria condenado al ostracismo. Tu nombre se fijará en el hall de la fama, no como una estrella, sino como un estrellado, alguien que solo se labró una muy mala reputación.

Por lo tanto, aunque llegar al corazón es lo más difícil, porque el egoísmo ha corroído el amor altruista de muchos, si lo logras, habrás redondeado tu entrenamiento en oratoria.

Veamos otras formas de sintonizar con tus oyentes.

Sintonía física



Sintonizas físicamente mediante hacer contacto con alguna parte de tu cuerpo sobre el cuerpo del oyente, ya sea literal o figuradamente. Tocar es contacto físico, pero no necesariamente sintonía.

No estoy animándote a tocar a las personas. Solo estoy mencionando que se trata de otra clase de estímulo.

Hay estímulos apropiados y estímulos inapropiados, oportunos e inoportunos, y también hay personas que les gusta hacer contacto físico, y las hay que detestan que alguien siquiera las roce.

De todos modos, tu cuerpo es un equipo audiovisual increíble. Las cualidades de tu voz y las de todo tu organismo pueden combinarse extraordinariamente para interactuar con el entorno.

No necesitas tocar literalmente a una persona para sintonizar físicamente. También puedes hacerlo figuradamente mediante el uso de ilustraciones y metáforas.

Un orador experimentado piensa, codifica su mensaje y lo expone con palabras, adjetivos, gestos, ademanes y emociones y sensaciones que estimulan. Y sus oyentes escuchan con sus oídos, decodifican el mensaje con su cerebro y reflexionan en lo que oyeron. Entonces se sienten -o no- impulsados a acatar lo que se les sugirió.

Todos los sentidos están implicados, no solo la vista, el oído, tacto, gusto, olfato, equilibrio y las sensaciones viscerales. También el sentido del humor, el sentido de pertenencia, el sentido de responsabilidad, el sentido de compañerismo, el sentido de supervivencia, el sentido de orientación, etc.

Es importante que reconozcas que te comunicas con todo tu cuerpo, no solo con la voz, y que tus oyentes te prestan atención no solo con los oídos y la vista, sino con todo su organismo.

Por eso, considera tu imagen, postura, gestos y ademanes como lo que verdaderamente son: Componentes de un equipo audiovisual con varios canales de comunicación interconectados que coadyuvan al éxito de tu discurso. Si no los usas eficazmente, desperdiciarás un potencial enorme.

Te conviene aprender a usarlos cada vez mejor y de un modo que no distraiga la atención ni ponga en peligro tu objetivo.

Recuerda: Todas las aptitudes de tu cuerpo son herramientas de comunicación, no solo tu voz y tus manos.

Sintonía mnémica

Sintonizas con la memoria de tus oyentes cuando les dices las cosas de manera que se quedan grabadas por mucho tiempo en su memoria, si no por toda la vida.

Mnemotecnia significa técnica de memorización. Sin memoria los conocimientos se olvidan y, por tanto, tampoco se pueden poner en práctica. La mnemotecnia ayuda a uno a recordar.

No es agradable para un orador olvidarse del discurso a mitad de presentación.

Entrar en una laguna mental puede ser escalofriante si uno no tiene un sistema de recuperación de datos.



¿Le ha sucedido a alguien que conoces que un virus le borró todos sus archivos de la computadora y no le quedó nada sino un dolor de estómago debido a la impotencia? Algo parecido sucede cuando uno cae en una laguna mental a mitad de discurso. y se queda sin palabras.



Pero ¿verdaderamente se quedó sin palabras debido al ataque de un virus? ¿O es que solo se ha distraído y no logra reconectar su línea de pensamiento? Su cerebro no se ha vaciado, ¿verdad? No puede ser que se haya quedado vacío. ¡Es solo una sensación de vacío!

Hablando figuradamente, la memoria trabaja en cadena. Todos los eslabones de ideas están unidos. En el cerebro no hay nada desconectado. Todo va o viene de una conexión, por alejada que esté.

Si equivocas una letra o número en un password, el sistema bloquea instantáneamente la conexión enviándote un mensaje de error. Pero si escribes dicha letra o número, te da acceso instantáneamente. No demora nada. ¿Cómo es posible que el proceso se arregle tan rápido?

Es imperativo que sepas que el cerebro humano es más rápido que una computadora. Su capacidad para conectarte y desconectarte es más veloz.

Si cayeras en una laguna mental interrumpiéndose una cadena de ideas, tu primera impresión podría ser que no serás capaz de recuperar el resto de la información, lo cual dispararía tus niveles de estrés y no podrías seguir hablando. ¿Qué hacer en un momento tan difícil?

Nota que dije que "tu primera impresión podría ser...". Esa primera impresión se basa en lo que sabes acerca del cerebro. Si no te has enterado de que sus funciones son extraordinarias, te dejarás llevar por la falsa impresión de que 'no es fácil recuperar la información [...] y no se puede seguir hablando'. ; Pero no serías presa de esa falsa impresión si te enteras de que 'es fácil recuperar la información y seguir hablando'. Para una consideración más amplia de este detalle, por favor, ve al apartado S.O.S.

A propósito, Bill Gates dijo una vez: "La computadora nunca reemplazará al lápiz". Y es cierto. Aunque tengamos una computadora, tarde o temprano empuñaremos un lápiz para hacer un apunte. Porque no queremos olvidar aquello que nos interesa.

Es muy agradable disfrutar de una memoria excelente. Pero ¿qué hay si no somos prodigiosos evocando recuerdos, sobre todo cuando estamos a mitad de una conferencia importante y caemos en una laguna mental? Es un ejemplo ; que nos ayuda a reconocer humildemente que siempre existe el peligro de olvidar algo momentáneamente.

Por eso, pon por escrito los detalles de todo aquello que podría resultar interesante en tu discurso. ; No para leerlo frente a todos, sino porque la acción de escribirlo tiende a reforzar el recuerdo más tarde.

Eslabonamos ideas viejas con ideas nuevas. Lo hacemos ; instintivamente, creando una asociación de conceptos y tejiendo líneas de razonamiento cada vez más intrincadas, fuertes y eficaces para cuando las necesitamos al exponer en público.

Hay quienes dicen que las cualidades de la voz y del cuerpo no son importantes, que lo importante es el punto principal. Pero eso sería como decir que la orquesta o banda no es importante, sino solo la melodía y la letra de la canción. Te aseguro que no volverán a querer escuchar la canción si ;la banda no tocó bien. Hay muchos factores envueltos.

Hasta los que dicen que las cualidades de la voz y del cuerpo no son importantes se esmeran por hablar claro, pronunciar correctamente, usar un tono de voz agradable y hacer ademanes naturales y convincentes, etc.

TIEMPO

Pero hay otra razón para tomar apuntes: Todo discurso está limitado por el tiempo. Necesitamos un método que nos ayude a seguir el hilo del plan que nos hemos trazado.

Un orador competente se esfuerza por tener en cuenta el tiempo que se le concede. No quiere pasar por alto esta norma básica de decencia y respeto hacia los demás oradores y al público presente.



Tus apuntes personales breves y un cronómetro siempre serán tus mejores aliados, tanto durante la preparación como en la presentación del discurso.

La mnemotecnia implica orden y lógica natural en el pensar y actuar, y sobre todo procura enfocar lo esencial.



Dicho esto, presta atención, procura una oratoria dinámica y disfruta cada vez más de tomar la palabra en cualquier momento.



¿Y este semáforo?

¿Tendrá algo que ver con tu oratoria? ¡Muchísimo! Porque de la misma manera como alguien conduce su vehículo con seguridad a fin de llegar sano y salvo a su destino, debes controlar tu oratoria respetando ciertos principios de comunicación que te harán más eficiente al exponer en público.

Si uno pasa por alto los principios de oratoria y desatiende sus reglas, le será muy difícil convencer y/o persuadir.

Es cierto que no es necesario estudiar mecánica para conducir un automóvil. Pero si se avería, te sentirás mejor que el que no sabe nada de mecánica.

Por la misma razón, no es necesario saber principios de oratoria para hablar en público. Cualquier tonto puede ponerse de pie, abrir la boca y comenzar a dar explicaciones acerca de lo que se le ocurra.

Pero ¿qué hará cuando se entere de que se ha estrellado con el auditorio por haber dicho o hecho algo contrario a los principios de la oratoria? ¿Podría rehacer el pasado? No. Ya todo quedó registrado.

Podemos aprender a montar bicicleta dándonos algunos porrazos. Pero como dijo el Dr. Wayne D. Dyer: "No se puede aprender a volar avión estrellando aviones".

Hay cosas en la vida que no podemos darnos el lujo de echar a perder. Una de ellas es la oratoria.

Antes de hablar, afirmar algo, hacer una declaración o respaldar la palabra de otra persona, uno tiene que detenerse con precaución y preguntar, averiguar, investigar e indagar para saber si hay base o fundamento para decirlo.



Por tanto:

Luz roja: "Cállate"
Luz ámbar "Investiga"
Luz verde: "Habla"

Tal como la sensatez le dicta a un conductor que debe detenerse ante la luz roja y esperar hasta que cambie a verde, un orador experimentado piensa bien en lo que va a decir. Porque habrá consecuencias -positivas o negativas, constructivas o destructivas, agradables o desagradables- de todo lo que salga de su boca .

Incluso debe detenerse a pensar en la esencia, en el concepto central, en la idea principal, y en la manera como piensa explicarla y el efecto que tendrá su postura, gestos y ademanes.

Algunos oradores se han metido en muchos problemas a pesar de haber dicho cosas que estaban bien documentadas y que contaban con el respaldo de la lógica. ¿Por qué? Por su forma de decirlo. O se les escapó el detalle o diluyeron lo esencial y nadie captó el punto principal.

No es cuestión de cuánto dices, sino de cómo lo dices. Hay videos educativos en Internet que duran una o dos horas. Son interesantisimos y enfocan buen la idea central. Puedes prestar atención de principio a fin aprender un montón. Y otros que no los soportaría ni cinco minutos.

Por eso, cuando prepares tu discurso, pregúntate: ¿Conozco el asunto? ¿Lo he investigado? ¿Tengo experiencia en ello? ¿Cómo probaré mi punto? ¿Cómo los convenceré de que tengo la razón? ¿Cómo los motivaré? ¿Qué incentivo les daré? ¿Estoy teniendo en cuenta las consecuencias que pueden tener ciertas cosas que pienso decir? ¿Hay alguna manera de decirlo mejor, a fin de no resentir al auditorio ni ponerlo en mi contra?

Pasar por alto intencionalmente cualquier advertencia de seguridad es una evidente manifestación de mala conciencia, debilidad moral y falta de integridad. Una persona analítica no hace eso. Sería en un peligro al volante y ocasionaría un desastre tarde o temprano.

Por eso y de manera equivalente, son igualmente responsables las autoridades que no advierten claramente los peligros a los conductores, o que de otras formas coadyuvan a que se pasen por alto las normas.

Algo que ha complicado mucho el entendimiento de la oratoria es la confusión que surge cuando se explican los principios como si fueran reglas, y las reglas como si fueran principios.

Es cierto que algunos principios son al mismo tiempo reglas. Pero ¿son lo mismo?

Por ejemplo, si alguien te dijera que la luz verde y la luz roja dan lo mismo, y que no es necesario que le hagas caso a la luz ámbar, ¿le tomarías la palabra? ¿Daría lo mismo acelerar en rojo y detenerse en verde? ¿Qué podría suceder?

Piénsalo bien. ¿Cuál es el propósito de las diferentes luces de un semáforo? ¿No es acaso tu bienestar y el de los demás? ¡Por supuesto!

Si aceleras cuando se enciende la luz roja y te acostumbras a considerarla como de poca importancia, solo será cuestión de tiempo hasta que acabes estrellándote aparatosamente, perjudicándote a ti mismo y a los que te rodean.

Por la misma razón, evítate problemas. Aprende a reconocer las diferencias y sácale provecho a lo que entiendas, para que el beneficio te sea realmente significativo y te evites problemas.

¿Qué es un principio y qué una regla?

Aclarémoslo: Un principio es una verdad fundamental, y por tanto, una base o cimiento sobre el cual se diseñan las normas, reglas y métodos.

Una regla podría asumir la forma de una orden, una prohibición, una advertencia, un procedimiento, una autorización legal, un sistema, un paradigma, un arquetipo, una sugerencia o hasta un capricho. Pero se basa en un principio. En cambio, el principio sigue siendo siempre el mismo: Una verdad fundamental.

Por ejemplo, "No pise el césped" es una regla. Alguien acaba de sembrarlo y no quiere que lo pisen. Colocó el letrero para que no destruyan su jardín. Después de algún tiempo, cuando el césped haya crecido lo suficiente y se haya puesto fuerte, quizás lo quite y permita que lo pisen. Las reglas se adecúan a las circunstancias.

En cambio "Cuide las plantas porque nos dan vida" es un principio o verdad. Si no cuidamos las plantas, no tendremos aire limpio ni alimento. Es una verdad indiscutible. No cambia con las circunstancias. ¡Siempre necesitaremos aire limpio y vegetación!

Los principios no se originan de las reglas, pero las reglas se originan de los principios. Los principios no varían, las reglas se adaptan al cambio.

Por tanto, los principios y las reglas no son lo mismo ni deberían enseñarse como si lo fueran.



¡Cuán agradable te sentirás de tomar la palabra en cualquier momento y de dar en el clavo! Te sentirás bien de haber contribuido con la sociedad y saber que hiciste todo bien.

Recuerda: La idea es condicionarte a ti mismo a callarte e investigar, luego hablar.

¿Cómo descubrí Las 4 Leyes?

Lo que sigue no es fácil de digerir. Pero puedes seguir leyendo y adentrarte un poco más en mi método para aprender a exponer en público con eficacia.



No tienes que estudiar ni memorizar esta tabla. Es la que yo uso para mí mismo al autoevaluarme y para evaluar a otros cuando me lo solicitan. Muy práctica y útil para servir de personal coach en oratoria. Me sirvió por más de 35 años.

¿Sientes curiosidad por saber en qué consiste? Toca la imagen y te lo explico a grandes rasgos. Si quieres más detalles, visita mi página www.oratorianet.com.

En 1978 se me ocurrió diseñar un cuadro sinóptico de materias basándome en los principios de oratoria, relaciones humanas, motivación y ventas para mi uso personal, para minimizar el esfuerzo de entenderla a fondo y, entonces, idear un método coherente, sencillo y práctico para poder enseñarla a otros con facilidad.

Luego de mucho estudio e investigación, comencé a darme cuenta de que todos los maestros de oratoria coincidían en algunos conceptos, pero se contradecían en otros al llamarlos indistintamente principios y reglas.

Por eso denominé Conceptos Rígidos a los principios, es decir, conceptos que realmente permenecían inalterables en el tiempo y las circunstancias y aplicaban a cualquier discurso en cualquier lugar.

Y los que podían adecuarse a cada ocasión según conviniera, es decir, que no eran verdaderamente principios, sino reglas o sugerencias relacionadas con cualidades físicas o del cuerpo, los denominé Conceptos Flexibles, porque eran más bien adaptables a las circunstancias.

Finalmente, estaba claro que ningún discurso, por bueno que fuera, podía presentarse eficazmente si el orador no recordaba todos los puntos de que pensaba hablar, y que era imprescindible una Ayuda-Memoria basada en mnemotecnia.

Para aquel tiempo habían pasado unos diez años desde mi graduación del curso ILVEM*, el cual había incluido un breve entrenamiento en oratoria.

En todos esos años había observado el desempeño de miles de oradores y había tomado muchas notas de aspectos que me parecían recurrentes e interesantes.

"Cada cosa en su lugar"

Mi madre era muy ordenada y solía decirme: "Cada cosa en su lugar" porque yo era muy descuidado. Pero para mediados de la década del 70 yo ya estaba poniendo las barbas en remojo.

Era una lógica simple, tanto intuitiva como deductiva. Si cada cosa tenía un lugar, tal como también tenían un lugar las estrellas y los planetas en el universo, y los átomos y las moléculas tenían un lugar, los principios de la oratoria también deberían tener un lugar, una coherencia. ¡Tenía que descubrirlo!

Investigué cada detalle y aplicación de los principios y reglas antes mencionados y puse cada cosa en su lugar siguiendo un orden jerárquico o de importancia, ;un hilo conductor.

El resultado fue la tabla dinámica de arriba, que abarcaba en orden todos los aspectos troncales de la oratoria, la motivación, las relaciones humanas y la técnica de ventas.

La denominé Mini Tabla de Autoevaluación Progresiva y la usé por más de 35 años años para evaluar a mis alumnos del curso de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás.

Llevaba un registro escrito para anotar mis observaciones y calificar a los participantes. Pero en el momento preciso de la evaluación no necesitaba nada más que la Mini Tabla en mi mente. Era suficiente para tener en cuenta hasta el mínimo detalle.

4 PRINCIPIOS O CONCEPTOS RÍGIDOS

Los principios pueden considerarse como conceptos rígidos porque se cumplen sin variación en todos los discursos. Basta con descuidar uno para poner en riesgo el éxito del discurso.

Los dos primeros (CR1 y CR2) están relacionados con la mente y el intelecto, y los otros dos (CR3 y CR4) con el corazón y las emociones:

CR1: Llegas a la mente del oyente hablando solamente de todo aquello que sabes por estudio y/o experiencia. Es lo más importante.

CR2: Llegas a la mente del oyente si le hablas de manera que recuerde por mucho tiempo los puntos principales del discurso.

CR3: Llegas al corazón del oyente fomentando buenas relaciones humanas y mejoras tu habilidad para motivarlo y persuadirlo. Es lo más difícil.

CR4: Llegas al corazón del oyente si le hablas de manera entretenida a fin de facilitar su concentración y vencer la competencia del aburrimiento y la distracción.

7 CUALIDADES FÍSICAS O CONCEPTOS FLEXIBLES

Las 4 primeras (CR1 a CR4) relacionadas con la voz, y las otras 3 (CR5 a CR7) con el cuerpo:

CF1: Tienes que hablar con suficiente potencia de voz para ser oído con comodidad hasta la última fila, pero no tanto que incomodes a la primera.

CF2: Tienes que hablar a la velocidad equilibrada de unas 14 palabras cada 5 segundos, acelerando en los puntos secundarios y pausando inteligentemente en lugares específicos, creando expectativa y enfatizando los puntos principales.

CF3: Tienes que modular tu voz de modo que resulte agradable al oído, evitando la monotonía en tus patrones de ritmo y frecuencias musicales.

CF4: Debes pronunciar las palabras con claridad, para evitar malentendidos, pero sin dar la impresión de perfección ni sacrificar la naturalidad del tono conversacional.

CF5. Tienes que vestirte y arreglarte de manera formal o informal de acuerdo a la ocasión, pero siempre modestamente, verificando que todo se vea limpio y ordenado. Nada debe estar fuera de lugar.

CF6. Debes inspirar confianza por tu manera de paratse, sentarte y desplazarte, reflejando aplomo, equilibrio y estabilidad emocional.

CF7. Tienes que sentir pasión por tu tema, de modo que tu sistema nervioso se sienta impulsado a realizar instintivamente los gestos y ademanes apropiados.

¿Por qué las mencionadas cualidades físicas se consideran flexibles? Por dos razones:

Una es que el auditorio suele ser indulgente con el orador si muestra alguna debilidad en una o dos cualidades, y si el efecto general es eficaz.

Y otra es que el orador puede imprimir mayor o menor intensidad a la aplicación de cierta cualidad dependiendo del objetivo y de la motivación que quiere dar al oyente.

3 AYUDA-MEMORIA

Dos se relacionan con los extremos del discurso (AM1 y AM2), y uno con el argumento o desarrollo (AM3):

AM1: Tienes que sentir gran seguridad al decir tus primeras palabras, de modo que capten la atención.

AM2: Tienes que sentir gran seguridad al decir tus últimas palabras, aquello que pedirás al oyente al terminar tu discurso, y qué incentivo le ofrecerás para que desee hacer lo que le propongas.

AM3: Debes tener muy claro el orden lógico que seguirán tus ideas de principio a fin.

TIEMPO



Debes preparar tu discurso repartiendo proporcionalmente tu tiempo disponible entre las diferentes secciones, teniendo en cuenta el límite que te concedan para exponer.

Finalmente, un consejo: Tu progreso dependerá de cómo entiendes lo que significa aprender oratoria y, con el tiempo, alcanzar la maestría. ;

¿Maestría en oratoria?

Es raro que alguien se decida por una maestría en oratoria o de una carrera universitaria de oratoria, porque existe el prejuicio de considerarla como una materia opcional, algo que el estudiante opta por estudiar de manera complementaria. Por eso, si quieres alcanzar la maestría en oratoria, quizás tengas que hacerlo por tu cuenta. ¿Cómo?

Aprovechando al máximo lo que aprendes y capitalizando tus mesetas del aprendizaje. ¿Qué es eso?

Bueno, al comienzo quizá captes pronto la idea de lo que significa la oratoria y presentes buenos discursos y te confíes durmiéndote en tus laureles, suponiendo que es pan comido y siempre lo harás bien. Entonces vienen los altibajos, que consiste en cometer errores y aprender de ellos y del consejo y la experiencia de los demás.

Así es. Todo aprendizaje avanza por etapas, sobre todo si quieres alcanzar la maestría. Inicialmente, un impulso entusiasta te lleva a conocer, practicar y mejorar, pero de repente sientes que vagas por lo que se conoce como meseta del aprendizaje. No parece haber nada nuevo. Podrías desalentarte y abandonar.

Pero el progreso nunca resulta de un ascenso constante, como si subieras una montaña. También hay etapas semejantes a mesetas, en las que puedes disfrutar por algún tiempo del paisaje, es decir, de tu progreso. Hasta que otro impulso entusiasta te lleva a querer aprender cosas nuevas y a desarrollar más tu potencial. De repente, entras a otra meseta, y así sucesivamente.

¡Sí! Es importante contar con un buen método para todo. ¡Cuánto más para la oratoria, que es una de las competencias más eficaces para alcanzar la excelencia!
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*CONCEPTO FRACTAL (audio en spotify).

(ARRIBA)